Tras huir de la Alemania nazi, Kurt Gödel se instalaría definitivamente en la Universidad de Princeton, en 1940. Cuando siete años después obtuvo la nacionalidad estadounidense, tuvo lugar una de las anécdotas más conocidas del personaje. Como todos los solicitantes, Gödel debía dar cuenta de su conocimiento de la legislación estadounidense en un examen sobre la Constitución. En la práctica, la prueba no era más que un trámite, pero él quiso preparársela a conciencia y, mientras lo hacía, creyó descubrir algunas contradicciones lógicas:
– Usted tenía hasta ahora la nacionalidad alemana.
– Perdone, señor, austriaca -corrigió Gödel.
– Ah, ya, el maldito dictador. Afortunadamente, eso no es posible en América.
– Al contrario -interrumpió Gödel-. ¡Yo sé cómo!
Pero antes de dejarle hablar, el juez, al que Einstein ya había advertido de que Gödel no era un candidato como los demás, tomó las riendas de la situación y condujo el examen hacia preguntas más rutinarias: «Tampoco es necesario entrar en honduras». Más o menos por aquella misma época, algunos lógicos habían empezado a sentar las bases de una teoría, la lógica demótica, cuyo objetivo es precisamente evitar que surjan contradicciones durante la incorporación de nuevas leyes a los códigos.
Javier Fresán. El sueño de la razón. La lógica matemática y sus paradojas. RBA Editores.
Fotografía de Kurt Gödel tomada alrededor de 1926. Tomada de aquí.