Watercolors (Pat Metheny – ECM, 1977)
Tras la fructífera experiencia con el grupo de Gary Burton había llegado el momento para que el joven Metheny diera un nuevo paso en su carrera profesional. En Diciembre de 1976 grabaría Passengers con el cuarteto del vibrafonista, y sólo dos meses más tarde entraría en los Talent Studios de Oslo para enfrentarse a un proyecto, Watercolors, que si bien estaba a su nombre y le identificaba como compositor único de todos los temas, fue el germen de lo que más tarde emergería como el Pat Metheny Group.
Watercolors quedó para la historia como la primera colaboración entre Pat y su amigo Lyle Mays, pianista de Wisconsin ya desde muy joven adentrado en el mundo de las nuevas tecnologías puestas al servicio de la música, y cuyo trabajo hasta la fecha se había limitado a grupos de universidad. Completaban el cuarteto colaboradores habituales de los grupos de Gary Burton: el contrabajista Eberhard Weber (a pesar de que Mike Richmond había participado en algunos directos anteriores con Metheny) y el batería Dan Gottlieb, a posteriori miembro (hasta 1983) del Pat Metheny Group.
Watercolors no es, ni con mucho, uno de los mejores discos de la carrera del guitarrista. Más bien se trata de una declaración de intenciones para lo que habría de venir. Las composiciones, con especial atención a Watercolors, Lakes y la abstracta Sea Song (inspirada en la primera visión que Metheny tuvo del mar, cuando llegó a Miami en 1972), dejan ver varios de los conceptos formales y armónicos que marcarían el sonido personal del Group. Mays, bastante comedido, se limita a tocar el piano, y Metheny comienza, ya en su segundo disco, a experimentar con extraños enseres: la guitarra-harpa de 15 cuerdas.
Pat Metheny Group (ECM, 1978)
Uno de los momentos más dolorosos de esta primera etapa en la vida profesional de Metheny fue, paradójicamente, la fundación de su propio grupo, ya que ésta implicaba dejar el cuarteto de Burton, y éste no se lo tomó muy bien. De hecho pasaron más de 10 años hasta que maestro y alumno volvieron a reunirse (Festival de Jazz de Montreal, 1989). Lo cierto es que el bajista eléctrico Mark Egan fue reclutado para la causa, Pat se hizo con una furgoneta y empezaron a recorrer el paisaje americano en busca de conciertos y reconocimiento. En enero de 1978 el grupo vuelve al frío de Noruega y graba el primer disco oficial del PMG: Pat Metheny Group o bien «el álbum blanco», debido a lo sobrio de su portada y, posiblemente, como guiño a los Beatles (de los que Metheny siempre fue declarado seguidor).
El álbum blanco sí pasaría a la historia. Pocos músicos de la actualidad no están familiarizados con él, pocos no han estudiado alguno de sus temas. Y, además, este disco supuso un intencionado desmarque del resto de la producción jazzística de la época. Era jazz sin aspecto de jazz, fusión distinta a toda la fusión del momento, las armonías e improvisaciones fluían con descaro absorbiendo elementos de todas las épocas anteriores de la música moderna, pero con suma naturalidad. Había nacido el sonido del Pat Metheny Group, y el hecho de que parte de las composiciones las firmara Lyle Mays tuvo, sin duda, mucho que ver. La sensibilidad armónica del pianista (que, en esta ocasión, ya comienza a introducir sintetizadores en su arsenal) fue el contrapunto ideal al sonido más guitarrero de esas primeras composiciones de Metheny, evidente en temas como Jaco (homenaje, por supuesto, al gran Jaco Pastorius). San Lorenzo, Lone Jack y, especialmente, Phase Dance, fueron buena muestra de lo que este dúo de compositores podían hacer, y dejaron claro el celo con que se enfrentaban a los temas, poniendo énfasis en aspectos melódicos, armónicos, rítmicos, … La improvisación juega el papel más importante, es indudable que estamos hablando de jazz, pero el resto de elementos son tratados con sumo cuidado, con gran nivel de detalle. Esta característica, que siempre ha animado a los detractores del PMG a sostener que su música no es jazz, se ha puesto de manifiesto de forma más intensa grabación tras grabación, a lo largo de los casi 30 años de vida del grupo.
Así, en San Lorenzo hay un uso prominente de la guitarra de 12 cuerdas con la afinación modificada. Modificación aún más patente en Phase Dance, donde Metheny utiliza el «Nashville Tuning», que sería el punto de partida para la extraña afinación de su guitarra barítono en el reciente One Quiet Night (2003). En Phase Dance, además, se puede escuchar por vez primera la influencia de la música sudamericana, en una cuidada línea de bajo que esconde un tumbao latino. April Joy, por otro lado, es una de las composiciones más antiguas de Pat, en concreto de 1972.
American Garage (ECM, 1979)
Pat Metheny Group no sólo obtuvo reconocimiento, también fue el trampolín que facilitó las primeras giras europeas de la banda. Se esperaba que el próximo trabajo discográfico del combo fuera más allá, y en cierto modo así ocurrió, si bien sembró una cierta controversia entre aficionados, prensa y músicos.
Para algunos el mejor trabajo de Metheny, para otros uno de los peores, American Garage es un disco más directo, más rockero y, como su propio título indica, más americano, tanto en concepción como en sonido. De hecho fue el primero grabado en suelo de EEUU, y el propio Pat Metheny se atrevió con la producción del mismo, hecho poco usual en el sello alemán ECM, gobernado por Manfred Eicher, habitual productor de la inmensa mayoría del catálogo de la compañía, y que en este caso aparece tan sólo como productor ejecutivo. No sabemos cómo se lo tomaría Eicher, pero lo cierto es que las divergencias entre músico y director fueron cada vez mayores hasta que Metheny dejó la discográfica en 1984. En lo relativo a American Garage, el hecho es que fue proclamado mejor album de jazz del año en los New York Jazz Awards y obtuvo una nominación al Grammy de mejor actuación de jazz, añadiendo aún más fuego al debate, y dejando claro que Pat no se contentaba con ser un simple músico «en la sombra», sino capitán de su propio viaje profesional.
En lo musical, el disco presenta una mayor agresividad musical, con especial prominencia de la batería de Dan Gottlieb y el sonido Pastorius del bajo de Mark Egan, con mayor presencia en este trabajo. Lyle Mays utiliza sus sintetizadores sin complejo alguno, llevando incluso la voz cantante en algún tema, y se muestra más efectista que nunca. Las composiciones son variadas, si bien presentan características comunes que hacen difícil englobarlas en otro disco que no sea este. La canción que da título al vinilo bien podría ser considerada una pieza de rock instrumental, mientras The Search (compuesta originalmente como banda sonora de unos vídeos científicos para estudiantes) presenta la cara suave y melódica del grupo. El corte inicial, (Cross the) Heartland, hace gala del uso dramático de tensión musical para devenir posteriormente en material más lírico, y el tema final, The Epic, es la primera composición larga (16 minutos) en la carrera discográfica de Metheny, incluyendo un incendiario solo de guitarra a cargo del líder del grupo.
© Arturo Mora Rioja, 2005
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