Aunque han pasado seis largos años desde la publicación del disco que hoy nos ocupa, hay que hacer caso a la frase “nunca es tarde”, dedicar el tiempo que merece a cualquier trabajo discográfico digno y publicar su correspondiente reseña. Pathways (Pathway Records, 2009) es el tercer álbum como líder del saxofonista Paul Booth y cuenta con la siguiente nómina de músicos: Phil Robson (guitarra) Phil Peskett (piano) Phil Donkin (contrabajo) Dave Smith (batería). Estos cuatro, junto a Booth forman el núcleo del álbum. También participan: Ingrid Jensen (trompeta y fliscono) Karl Vanden Boosche (cajón y percusión) y Satin Singh (congas y cajón) en varios de los temas.
Paul Booth confecciona un disco que transita por lo que se podría denominar como jazz clásico. Tal vez con algunos elementos más modernos en algunos de los temas, pero haciendo, esencialmente, lo que los más puristas denominan jazz. Claro, en este punto cada persona que escuche el disco tiene (y debe) sacar sus propias conclusiones. Las cuestiones eternas. ¿Es necesario realizar un disco en el que lo que se puede escuchar, no trasciende, pero al mismo tiempo no lo pretende? ¿Aporta algo diferente a la música? ¿Es necesario realizar dicha aportación? ¿Qué demonios es el jazz? Que cada uno se conteste lo que crea conveniente. Por lo que a mí respeta, Pathways es un disco que se puede disfrutar perfectamente de inicio a fin. Booth, por lo que se puede deducir, es un amante de la melodía, y se sirve de ella para confeccionar composiciones con dosis elevadas de lectura. Pero también la esencial. La imprescindible improvisación acude, y cómo voy diciendo, aplicando su vertiente más melódica sin hacer una exhausta exploración de tierras desconocidas.
Si hablamos de intervenciones solistas hay que destacar el propio Paul Booth y a Ingrid Jensen. El saxofonista desde el primer momento se descubre como un músico elegante de técnica excelente. En todas sus intervenciones hay ideas que se retroalimentan y buscan la conexión con el que escucha. Y en relación a la trompetista, realiza algunas de las mejores intervenciones del álbum siendo un grato descubrimiento para el que escribe. Hay en su manera de tocar (menos clásica que Booth) aquel elemento difícil de describir. Se puede intentar diciendo que: durante sus improvisaciones, existe la creación de un camino alternativo, con elementos de tensión en los que el que escucha, nunca pierde el interés no sabiendo (no tiene ni idea) hacia donde se dirige.
Entre las composiciones, encontramos temas profundamente clásicos como la versión que realizan de “I Love You” de Cole Porter; un tema en octeto, “Calm Now”, que incorpora todos los músicos en un ejercicio de cohesión, dedicando la mitad del tema a la lectura conjunta y la otra mitad, a la improvisación (a cargo de Paul Booth y Phil Pesket); El tema “Tapestry” que aunque es un tema notable, se aleja del resultado global del disco (automáticamente me viene a la cabeza el Etíope Mulatu Astatké); o el excelente “Sunchaser” en el que tanto Paul Booth como Ingrid Jensen realizan dos magníficas improvisaciones.
Un disco bien confeccionado, coherente en su planteamiento (exceptuando “Tapestry” como acabo de explicar). Ejecutado con solvencia e irreprochable profesionalismo. Que un amante de la música jazz puede disfrutar, como decía anteriormente, de principio a fin. Otra cosa es que la música que suena no penetre en uno. En mi caso, no es así.
© Jesús Mateu Rosselló, 2015
Paul Both: Pathways
Músicos: Paul Both (saxo tenor, saxo soprano, flauta) Phil Robson (guitarra) Phil Peskett (piano) Phil Donkin (contrabajo) Dave Smith (batería) Ingrid Jensen (trompeta y fliscono en los temas 2, 4, 5, 6, 8 y 10) Karl Vanden Boosche (cajón y percusión en los temas 5 y 7) y Satin Singh (congas y cajón en los temas 5 y 7)
Composiciones: 1 “Tomorrow’s Another Day”, 2 “Sunchaser”, 3 “Just By Chance”, 4 “I Love You”, 5 “Calm Now”, 6 “Long Way Home”,7 “Tapestry”, 8 “The Squirrel”, 9 “Embraceable You”, 10 “El Mistral”.
Todas las composiciones son de Paul Booth exceptuando “I Love You” de Cole Porter y “Embraceable You” de George Gershwin.
