Por Julián Ruesga Bono.
Vale la pena retomar y celebrar este número de Revista de Occidente dedicado al jazz. Desde que José Ortega y Gasset la fundara en 1923, Revista de Occidente, ha sido una publicación interesada en las corrientes más innovadoras del pensamiento y la creación artística y literaria de Europa y América; además, ha sido un importante catalizador y difusor de la cultura española en todo el mundo hispano. La revista inició su cuarta y actual etapa en 1980 y desde entonces se han publicado más de 400 números. En febrero de 1989, dedicó su número 93 al jazz.
El índice está compuesto por diferentes aproximaciones, tanto a la música como a la cultura jazz, escritas por autores españoles. “Un viaje sin plano” de Mariano Antolín Rato, “El jazz y la ficción” escrito por Antonio Muñoz Molina, “El efecto jazz” firmado por Gonzalo Abril, “El sonido de un símbolo” de Ildefonso Rodríguez, “Nica o el sueño de Nica” por Ebbe Traberg, “Disquisición de un maniático” de José Ramón Rubio, “El arte que borbotea en la marmita” por Javier de Cambra, y “Diez poemas” de Gustavo Domínguez –dedicados a diez músicos de jazz, más las ilustraciones de Pedro Arjona, completan el contenido del número dedicado al jazz. Además, el volumen contiene otros artículos, entre los que cabe destacar el ensayo de Clifford Geertz, “Estar aquí: ¿de qué vida se trata al fin y al cabo?”, páginas 85-108, sobre la construcción del texto etnográfico.
Como digo, volver a releer el monográfico casi treinta años después vale la pena. La perspectiva del tiempo en la inevitable comparación con el presente da para mucho. Una publicación singular, a tener en cuenta en la bibliografía histórica sobre el mundo del jazz en España. Unas observaciones lúcidas y atinadas sobre el jazz a finales de los años ochenta en nuestro país.
Seleccionado, disfrutado y diseccionado por © Julián Ruesga Bono, 2018