XXI Festival Mallorca Jazz Sa Pobla
- Lugar: Plaza Mayor de Sa Pobla
- Fecha: Martes 5 de Agosto de 2015. 22:30
- Formación:
Roberto Fonseca: piano
Yandy Martínez: contrabajo y bajo eléctrico
Ramsés Rodríguez: batería
El pianista cubano Roberto Fonseca es el encargado de la segunda velada del imprescindible Mallorca Jazz Sa Pobla 2015. Estamos hablando de un músico que desde muy joven despuntó por su técnica y sus composiciones, siendo el Festival Internacional de Jazz de La Habana la plataforma de lanzamiento hacia su educación musical posterior. Miembro de la Orquestra de Ibrahim Ferrer, y arreglista y co-productor del último trabajo del mismo: “Mi sueño: A Bolero Songbook”, ha tocado en multitud de conciertos acompañado de grandes músicos, y siempre, enfocando su música desde sus orígenes cubanos, aunque abriéndola a otros estilos. Completan el trío el contrabajista Yandy Martínez y el baterista Ramsés Rodríguez.
Suben al escenario los tres músicos. La asistencia de público, aunque menor que el día anterior (algo fuera de lo común), es más que respetable. Dentro de la normalidad del festival. Todo preparado para trasladarse a Cuba durante hora y media.
Resulta evidente que cada nota que lanza Roberto Fonseca es rápidamente digerida y crea cierta adicción. Con esto digo que la música del cubano, tiene desde el primer segundo una fuerte conexión y alma que el público percibe y se entusiasma. El pianista demuestra una extraordinaria técnica y pulcra digitación, en la que es muy evidente su sonido latino, aunque es cierto que asume algún que otro riesgo en momentos muy puntuales. Para el que escribe, es precisamente en estos momentos donde encuentra aquella sensación indescriptible. Aquella emoción de ver algo único y que posiblemente no se repita jamás. Una senda que podría abrir más su música. A destacar, tanto en el aspecto visual como musical, la gran elegancia que desprende el músico.
El contrabajista Yandy Martínez realiza un trabajo que es digno de elogio por su sencillez. Acompañando en todo momento sin buscar protagonismo. Realizando algunos solos de contrabajo bien seguros, elegantes como la música que suena. Utilizando el contrabajo en la mayoría de temas pero también el bajo eléctrico sin desentonar en ningún momento. Resulta gratificante ver como percibe y como expresa. Da la impresión de ser uno de estos músicos un tanto invisibles pero que realizan un trabajo de acompañamiento solvente.
Y como pasara en la anterior velada, resulta que disfrutamos de otro baterista impresionante. En este caso hablamos de Ramsés Rodríguez. Desde la primera nota percutida realiza un trabajo frenético. Rebosante de alegría en todas las vertientes. Haciendo, al igual que el líder, la bella fusión de elementos. Suena muchísimo a jazz, pero también a fusión, a Cuba, a raíces profundas. Una actuación vibrante. Contagiosa y perfecta.
La segunda jornada termina por todo lo alto. Con una gran ovación del público. La música de Roberto Fonseca tiene la virtud de encandilar a los más puristas y a los de mentalidad un tanto más abierta. Tal vez, y siempre de manera subjetiva, cabe decir que el empeño en hacer interactuar al público con canciones archiconocidas como “bésame mucho” sea un recurso demasiado evidente. Demasiado fácil y que resta méritos (no confundir con la revisión de un tema conocido, hablo de cantar al unísono), por no hablar de las obligadas palmas (no así las que vienen a uno por emoción real sin impostura), pero en todo caso, la misión del concierto. Aquella que busca ofrecer calidad musical acompañada de alma existió. Y la felicidad arrasó.
Texto: © Jesús Mateu Rosselló, 2015
Fotografías: © José Luis Luna Rocafort, 2015