- Fecha: miércoles 14 de junio de 2017.
- Lugar: Bogui jazz club (Madrid).
- Grupo:
Sanchema
David Sancho: teclados, sintetizador y voz.
Chema Saiz: Guitarra eléctrica y voz.
Comentario:
Bastaron apenas unos segundos para mostrar las intenciones de un dúo que aglutina una variedad de posibilidades cromáticas plenas de compromiso y experimentación con sonidos que ciñen su angosta música en los brillantes años 70.
No muy lejos de propuestas lisérgicas y lunáticas de grupos como Gong o Pink Floyd pero yendo mucho más allá que éstos; proyecto de difícil catalogación y encasillamiento, de búsqueda sonora que explora caminos virginales valiéndose del Ambient, Drums&Bass, electrónica, Rock progresivo Canterbury y avanzado o Rock&Roll marciano que forma un caleidoscopio multicolor que se entrecruza y eleva a clímax de máxima intensidad para desvanecerse en paisajes electrónicos intimistas.
Las melodías son irreconocibles y los ritmos troncales, se juega con las distorsiones provocadas y los background repetitivos que beben del inconsciente colectivo, se obtienen capítulos abstractos de una música de posibilidades imposibles.
Sanchema es la Caja de Pandora, es la “Batidora Machine” que combina el Rock Naif con la Bossa Nova celestial en composiciones como “Pequeña canción de amor” o se sitúa al borde del abismo en “Ballade” en un descarado homenaje al grupo Yes desde un punto de vista de la música Barroca en clave de humor inteligente que hubiera santificado el mismísimo Frank Zappa y que lacra el pase primero.
Tras el paréntesis para reponernos de lo que habían visto nuestros ojos y una vez preparados para las nuevas sorpresas, David y Chema, tanto monta monta tanto, se pusieron en marcha con un dúo de voces en el que la letra pegadiza suponía un nuevo toque de humor (one, two, three, four, five….). El juego rítmico de las voces con juegos de punteos de guitarra en diferentes registros, alternando con los teclados, ponen en evidencia una amalgama de sonidos, cada vez más compactados e imprevisibles. Sin solución de continuidad, los teclados y la guitarra aumentan la intensidad de las improvisaciones, llegando a puntos máximos y desvaneciéndose paulatinamente.
La actuación tuvo su punto más impresionante con la sorpresiva “Tocatta y Fuga” de Bach interpretada a guitarra por Chema, que también rindió homenaje en varias fases a la llamada música culta, pero interpretada a su manera. Sorpresa que se fusionó con un tema de Beatles en plan progresivo donde los teclados y la guitarra llevan la pieza a terrenos indefinidos.
El sentido del humor juega con el contraste y con lo inesperado. Por eso escuchar de repente, casi sin venir a cuento el “Ya no puedo más” de Camilo Sexto, refleja un elemento histriónico a añadir a los muchos que llenaron en recital. De nuevo se pone en evidencia que no importa el tema, sino cómo se interpreta.
En general, los temas que interpretó este dúo tienen dos caras: una reconocible y otra en la que las referencias se pierden merced a las improvisaciones y la gestualidad free de Chema Saiz nos muestra al músico en plena creación. Y así continuó sucediendo con una versión del “Wish you were here” de los míticos Pink Floyd, de nuevo a través de improvisaciones. O en el casi irreconocible “All The Things You Are”, donde los solos de guitarra vuelven a tener la réplica de los teclados, pero en esta ocasión fueron más fieles a la clásica interpretación jazzística.
Al final, dando rienda suelta a su imaginación y capacidad para extraer los máximos sonidos a la guitarra, Chema Sainz y su compañero David Sancho se ganaron el derecho a un bis, donde el teclista pudo lucir una vez más sus dotes de organista clásico, del que seguro se ha empapado en su corta carrera.
Texto del primer pase: © Enrique Farelo, 2017
Texto del segundo pase: © Carlos Lara, 2017
Fotografías: © Sergio Cabanillas, 2017