- Lugar: Jazzazza Jazz Club (Algezares, Murcia)
- Fecha: 1 de octubre de 2022
- Grupo:
Scatter The Atoms That Remain
Franklin Kiermyer: batería + líder de grupo
Davis Whitfield: piano + director musical
Boris Blanchet: saxo tenor y soprano
Géraud Portal: contrabajo
Tener cerca de casa un club de jazz como Jazzazza, un referente entre las salas que programan este género musical universal como es el jazz en nuestro país, es toda una suerte y un lujo. Todo ello gracias al trabajo de sus dos responsables, los hermanos Baeza, que unen su esfuerzo para mantener una programación diversa de estilos jazzísticos, acogiendo en el escenario tanto a músicos nacionales como internacionales, algo que llevan haciendo en los casi veinte años que llevan desde su inicio.
La cita del pasado 1 de octubre fue con el cuarteto Scatter The Atoms That Remain, liderado por el veterano baterista canadiense Franklin Kiermyer, que llegó acompañado por el pianista Davis Whitfield, hijo del gran guitarrista Mark Whitfield, componente fijo de la banda y su director musical, y dos integrantes llamados para la gira europea, los franceses Boris Blanchet al saxo tenor, y el contrabajista Géraud Portal, dos consagrados músicos de la escena del jazz. Los cuatro suman una variada discografía como líderes de sus propias formaciones, y como colaboradores con otros músicos. Scatter The Atoms That Remain tiene dos álbumes editados: Exultation (Dot Time Records, 2019) y Emancipation Suite (Mobility Music, 2021) en formato de LP vinilo. El grupo es conocido por su enfoque musical hacia el jazz espiritual, albergando un concepto de música como un poder que transforma y puede mejorar el mundo, no exento, eso sí, de esas energías telúricas con las que abordan y mueven los espacios sonoros en la mayoría de sus composiciones.
La sesión dio comienzo con “Untitled Original” de Whitfield, iniciada con una introducción de piano en solitario, para dar entrada al saxofón de Blanchet, el contrabajo y la batería. Kiermyer paró la pieza en el primer compás de la exposición, para reiniciarla de nuevo, algo no iba bien en la entrada de la batería y el contrabajo. Whitfield reanudó su introducción y todo empezó a fluir con normalidad. La primera descarga del saxofonista en su largo y arrollador discurso, arropado por la sección rítmica, ya dio una idea de la complejidad del concierto que acababan de iniciar. La omnipresente batería de Kiermyer ahogaba el sonido del contrabajo, debido en parte a la contundencia con la que tocaba. Salvo esa pequeña anécdota, todo fue sobre ruedas en los siguientes temas, como en “Mixed Blood” de Kiermyer (Closer To The Sun – Mobility Music, 2016) en el que destacaron los solos de saxofón y piano, abrigados por las rápidas líneas de contrabajo y la flexible y sustancial batería. Continuaron con otra composición del líder “The Soul Train”, contenida en el mismo disco. Las notas de la base rítmica marcadas por el contrabajo recordaban al famoso tema “A Love Supreme” de John Coltrane, creando esa atmósfera tan singular del gran saxofonista. De hecho, la música del grupo sigue los pasos y se fundamenta en la música experimental de Coltrane de sus últimos años, en la época más espiritual y vanguardista del emblemático e innovador músico. Blanchet eligió el saxo soprano para lanzar su improvisación, penetrante y arriesgada, vigorosa y arrolladora, para dejar paso a uno de los pocos solos que realizó el contrabajista Portal durante el concierto, comedido pero decisivo. Esta tercera pieza la enlazaron sutilmente con “Humanity”, un tema lento y hechizante, también de Kiermyer, que aportó uno de los pocos momentos de sosiego a la actuación. El profundo y elocuente solo de Blanchet decoró el exquisito tema acompañado por los delicados arreglos del resto del grupo. Tras la calma llegaba de nuevo la tempestad en “Bandul”, una corta pero intensa composición de Whitfield con referencias al free jazz de Ornette Coleman y Sun Ra, que arrancó el baterista en solitario, y desarrollaron con incisivos solos de saxofón y piano, arropados por la envolvente batería.
El espíritu de Coltrane volvió a hacerse presente con otra composición de Kiermyer, “Celestial Sphere”, en la que lucieron las ágiles improvisaciones de Whitfield, y los desbordantes y abrasivos fraseos de Blanchet, llevando al límite su instrumento, todo ello con la constante y visceral presencia de la batería. El cuarteto parecía evocar los procesos cósmicos de un universo en constante cambio, caótico y frágilmente ordenado.
El concierto continuó con “Leviathan” de Whitfield, una escenificación musical en referencia a la criatura marina mitológica que representa el caos e intenta poseer a los hombres, y dos temas de Kiermyer, “Exultation” y “Maratika”, cerrando así una actuación musical llena de sensaciones, alejada de convencionalismos, y arraigada en unos tiempos en los que se dieron los músicos más revolucionarios, innovadores y creativos del género.
Tomajazz: Texto © José Antonio García López, 2022
Fotografías: © Jazzazza, 2022