Soldier of the road. A portrait of Peter Brötzmann (Bernard Josse. 2011. DVD)

Una de las tentaciones a la hora de realizar un retrato de Peter Brötzmann es centrarse en su pasado. Razones las hay y de sobra. Es uno de los músicos responsables de que a finales de los años 60 el jazz creado en Europa tomase su carta de naturaleza. Fue uno de los jovenzuelos airados que interpretó a su manera la manera de entender el free jazz, un estilo que en el otro lado del Océano Atlántico estaba en ese mismo momento en plena ebullición de la mano de gigantes de la talla de Coltrane, Ornette, Albert Ayler o Cecil Taylor. Creaciones de aquella época como Machine Gun (1968) son más que merecedoras de estar en los anales del jazz. En Soldier of the road el director Bernard Josse, sin olvidar ese importante aspecto, centra gran parte del documental en el momento actual del músico alemán.

A lo largo de los noventa minutos de Soldier of the Road descubrimos a un cuidadoso jardinero, que también nos enseña sus creaciones artísticas (puesto que fue a una escuela de Arte en su juventud, y durante su carrera ha diseñado las portadas de sus discos así como los carteles de sus conciertos), o disfruta de una larga caminata al aire libre. Aparece ante nosotros un músico veterano que nos habla de su relación con el grupo Fluxus, o del significado para él del término free jazz, con unas implicaciones muy distintas a las que tenía en los Estados Unidos: hagamos un ejercicio de viajar en el tiempo y pensemos que estamos a finales de los años 60, en Alemania, con todos los movimientos políticos y sociales que tenían lugar en Europa. Pero sobre todo nos muestra al músico y su música en la actualidad. De ese modo se suceden actuaciones del trío de saxofonisas libre improvisadores Sonore (que forma junto a Ken Vandermark y Mats Gustafsson), del Chicago Tentet (la mejor big band de free desde hace más de una década), o del cuarteto The Damage Is Done, herededo de alguna de sus formaciones del pasado como los exitosos Last Exit. Allí no sólo escuchamos tocar a los músicos, sino que también se recogen las declaraciones de algunos de ellos (continuadores de la senda iniciada por el alemán), acerca de Peter Brötzmann y su importancia.

Como material extra se incluyen treinta minutos de entrevistas con figuras centrales en el desarrollo de su carrera como Jost Gebers (jefe del imprescindible sello FMP, que este año ha decidido jubilarse al frente de esta discográfica), el baterista Han Bennink, el saxofonista Evan Parker o el pianista Fred Van Hove, así como con el propio Peter Brötzmann.