Festival Internacional de Jazz de Madrid
- Fecha: Sábado, 19 de noviembre de 2016
- Lugar: Auditorio del Centro Cultural Conde Duque (Madrid).
- Formación:
Terje Rypdal Group
Terje Rypdal: guitarra.
Palle Mikkelborg: trompeta y fiscorno.
Rune Tylden: teclados y Hamond B3.
Paolo Vinaccia: batería.
A estas alturas, ya es muy difícil que la música y el estilo del guitarrista noruego Terje Rypdal sorprendan a quienes han seguido su trayectoria y los muchos proyectos que llenan el catálogo de ECM. El gran guitarrista de nuevo en Madrid, pocas veces lo ha hecho, a sus 69 años y ayudado para caminar con un bastón, lo que sin duda dificultó que pudiera ofrecer un bis debido a las escaleras que dan al escenario. El concierto teóricamente suponía una evocación de aquellos proyectos de hace 20 años, estilo Skywards, con dos supervivientes además de Rypdal, el batería italiano Paolo Vinaccia y el trompetista danés Palle Mikkelborg. A ellos se ha unido el joven organista noruego, Rune Tylden.
Es evidente que la singular manera de plantear su música hace subir la temperatura en cada momento que se lanza con esos punteos únicos, punzantes y esa mágica ambientación en la que se superponen los instrumentos con un fondo de teclado o sintetizador.
Por tanto, partiendo de los parámetros en los que se mueve, el concierto no aportó muchas novedades que antes no se hubieran mostrado. Los fraseos de Rypdal “in crescendo” acompañados por la potente aportación de Vinaccia elevaron por momentos la intensidad, conjuntamente con los solos líricos de Mikkelborg, cual Miles Davis lanzando sus agudas notas.
Es difícil de catalogar una música que tiene sus momentos de ambient, lleno de resonancias, ecos, reverberaciones e incluso trazos de groove, con el acompañamiento del batería. Así como la introducción de “samplers” sobre los que el batería realiza sus solos y la trompeta aprovecha para lanzar sus martillos sonoros.
Uno de los momentos más interesantes fue un trío de guitarra, batería y órgano que, por cierto, se prodigó muy poco a lo largo del concierto. Tan solo en una ocasión se pudo disfrutar del peculiar sonido del órgano, el resto Rune Tylden se centró en los teclados y samplers.
Es una música que juega en demasía con los efectos, a veces recurriendo a una excesiva retórica y repetición. Lo más destacado en general estuvo en los punteos que parecen que no van a acabar nunca y el habitual estilo de tocar la trompeta y el fiscorno por parte de Mikkelborg. Hasta hubo instantes en que parecía que interpretaban el célebre «The Return of Per Ulv», pero no se dio el caso. En fin, qué buenos momentos nos ha hecho pasar Terje Rypdal, pero como ya se sabe el tiempo pasa factura.
Texto: © Carlos Lara, 2016
Fotografías: © Adolfo Añino, 2016