Una tarde de domingo, en Chicago, hace casi un siglo (en 1929, para ser más exactos), un tal William James Basie de veinticinco años, tras escuchar un concierto de la orquesta de Dave Peyton en el Regal Theater, declaró solemnemente: “Un día de estos voy a subir a ese escenario con mi propia orquesta”. Una afirmación atrevida, propia de un jovenzuelo que está empezando en el negocio musical. Pero lo más raro fue que hasta ese momento nunca antes se le había pasado por la cabeza liderar una banda. Así que bien podemos decir que el joven Basie tuvo lo que se suele llamar “una revelación”, un momento de lucidez en el que vio su futuro con claridad, porque seis años más tarde, ese sueño se había materializado.
La Count Basie Orchestra no tardaría en convertirse en una de las más destacadas bandas de jazz y swing de los Estados Unidos —y de todo el mundo, en realidad—, por la que pasarían nombres como Lester Young, Buddy Rich, Illinois Jacquet o Buddy De Franco. A principios de los sesenta, Basie y su orquesta aparecieron regularmente en el mítico Birland, de Nueva York, y de aquellas actuaciones salió uno de los mejores álbumes de big bands de todos los tiempos: Basie at Birdland (Roulette, 1961).
Y ahora damos un salto en el tiempo, hasta enero de 2020, junto antes de que ese lío de la pandemia lo pusiese todo patas arriba, cuando la actual Count Basie Orchestra, volvió a actuar, durante cuatro noches en ese mítico local neoyorkino. Muchas cosas han cambiado, por supuesto y entre ellas la dirección de la banda, que recae actualmente sobre el trompetista William “Scotty” Barnhard. Sin embargo, creo que podemos afirmar que la calidad de la música que ofrecen no ha disminuido ni siquiera un ápice. Aun cuando no quedan en esta “nueva” orquesta músicos que estuviesen en la original, ninguno de ellos desmerece a sus antecesores. Suenan con la solidez que uno espera de una formación de estas características, como una entidad que, nunca mejor dicho, resulta ser más grande que la suma de sus partes. Esto es doblemente meritorio, porque cuando nos ofrecen un solo, demuestran que su personalidad como músicos, como individuos, sigue muy presente.
El director, Scotty Barnhard, es también el productor de esta edición conmemorativa y ha puesto mucho cuidado en que el sonido se mantuviese lo más próximo a aquel otro que escucharon quienes asistieron a sus actuaciones: “No ha habido ninguna manipulación y lo que se oye en el disco es exactamente lo que interpretamos en directo. Creo que Mr. Basie estaría orgulloso de saber que su orquesta sigue siendo la mayor fuerza del swing en el jazz de nuestros días”, asegura Barnhard. Lo que sí ha hecho han sido algunos arreglos a los temas originales, arreglos que no podemos sino elogiar, como en “Four, Five, Six” o en “Moten Swing”, donde además podemos apreciar esa destreza como trompetista que le ha merecido el premio Grammy en dos ocasiones. A todo esto hay que añadir la intervención ocasional de Carmen Bradford (“Only the Young”, “Deed I Do”) y de Jamie Davis (“Four O’Clock In The Morning”), excelentes vocalistas que introducen una bienvenida variedad a una colección esencialmente instrumental. Son en total treinta y tres temas todos ellos bien conocidos e interpretados manteniendo la esencia original, pero con los suficientes destellos creativos como para que merezca la pena escucharlos y, si les place, establecer comparaciones, un ejercicio agradable, pero en el que les va a resultar realmente difícil concluir cuáles suenan mejor, si los de antes o los de ahora. Quedan advertidos.
Tomajazz: © Juan F. Trillo, 2022 / https://siunleonhablase.wordpress.com/ – https://www.facebook.com/jan.tilkut
The Count Basie Orchestra: Live at Birdland
Director y productor: Scotty Barnhart.
Sello de grabación: Candid Records.
Fecha de grabación: 15-18 enero de 2020. Birdland, New York City.
Masterizado: Charley Pollard.
Estudios de sonido: Dragonfly Creek Studios. Malibu, California.
Más información sobre Count Basie
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