XV Festival Internacional de Jazz San Javier
- Fecha: 13 de julio de 2012.
- Lugar: Auditorio Parque Almansa, San Javier (Murcia).
- Componentes:
Tom Harrell: trompeta y fiscorno.
Wayne Escoffery: saxo tenor.
Danny Grissett: piano.
Ugonna Okegwo: contrabajo.
Adam Cruz: batería.
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Comentario:
Hay músicos de jazz que tienen tan reconocida su larga carrera musical, están a tal nivel y es tan amplia su biografía, que no necesitan casi presentación, sobre todo para sus seguidores, entre los que me incluyo. Es el caso del trompetista y compositor Tom Harrell (Illinois, 1946) un referente de esa música, el jazz, desde los años 70, en los que comenzó su trayectoria artística. Primero como parte de algunas formaciones lideradas por excelentes músicos como Horace Silver, Sam Jones, el pianista Bill Evans y otros, y posteriormente en el grupo de Phil Woods. Tras esos años de trabajo y colaboración, Harrell decidió seguir su carrera como líder con una formación más estable y así sigue siendo hasta nuestros días. Una formación de quinteto y dos recientes álbumes grabados, con los que se presentó en la quinta jornada programada por el festival. Sólo una excepción, la sustitución de Johnathan Blake por el baterista estadounidense Adam Cruz, cuya presencia fue tal que apenas se apreció la ausencia del sustituido. La discografía de Harrell es tan extensa que llegaría a ocupar gran parte de ésta crónica, así que sólo diré que es uno de los músicos más prolífico y creativo de los últimos treinta años, ahí es nada. Sus dos últimos trabajos discográficos son: The Time Of The Sun (HightNote, 2011) y Number Five (HightNote, 2012) grabado hace tan sólo unos meses.
Recibido con un gran aplauso por la audiencia, el trompetista salió e escena acompañado de cuatro colosos instrumentistas como bien pudimos apreciar en el transcurso del concierto. La pieza “The Time Of The Sun”, que da titulo a su penúltimo álbum, fue la partitura de presentación de este sublime concierto. La melodía al unísono de los dos vientos, saxo tenor y fiscorno, se vio pronto relegada por el primer solo de Harrell, rápido y flexible, y la arrebatadora improvisación de Wayne Escoffery, con incursiones y fraseos desgarradores que doblaban el tiempo base marcado por la sección rítmica. Ocasión también aquí para el pianista Danny Grissett que realizó un atenuado y discreto acercamiento como tercer solista del grupo. La temperatura fue subiendo con “Holiday”, un tema con influencias latinas en el que Escoffery se abrió paso con fuerza y decisión, logrando intensidades que contrastaron y mucho con las conseguidas por sus compañeros solistas. El equilibrio entre saxofón y piano lo aportó, en todo caso, el líder del grupo. Harrell es un maestro genial que escucha atento las intervenciones de sus compañeros y adopta una postura intermedia en el grupo, dejando, eso sí, libertad musical a sus miembros. El desarrollo de la pieza terminó con una fluida improvisación de Grissett en los teclados. La actuación continuó con el tema “Bouquet”, en el que lo más destacado fue un largo solo protagonizado por el pianista y la elocuente improvisación del contrabajista Ugonna Okegwo, que efectuó una labor extraordinaria, muy compenetrada con las ideas rítmicas de Adam Cruz.
“Desert Blue”, es una pieza modal del estilo de “Impressions” de Coltrane, que desarrollaron con extensos solos de saxofón, trompeta, teclados y contrabajo. El estilo post-bop dejó su huella con “G.T.”, un tema abstracto y vertiginoso, en ese momento quizá demasiado para Harrell, que después de lanzar su improvisación salió del escenario y dejó terminar el resto del tema a sus compañeros. El solo de batería de Adam Cruz supuso lo más significativo del desarrollo, una animosa y contundente muestra de las habilidades del baterista. El trompetista volvió a la escena entre los aplausos del público para tocar la balada “Journey To The Stars”, a dúo con el pianista. Una preciosa composición de delicado lenguaje lírico incluida en su último disco, que realizó con el fiscorno. El sonido profundo y oscuro de Harrell inundó el enmudecido auditorio, únicamente acallado con suma elegancia por la benevolente improvisación de Grissett, que en entre otras funciones llevó gran parte de la carga armónica del grupo, dada su condición de pianista. El quinteto quiso despedir el concierto con “Let The Children Play”, un tema rápido, que nos obsequió con la consiguiente descarga de un Escoffery pletórico de ideas, intenso e incisivo. No tardaron mucho en salir de nuevo al escenario, y a petición del público realizar un bis llamado “We”, un rhythm changes a una velocidad superior a todo lo que habían tocado anteriormente. La interacción y la entrega del grupo, a estas alturas de la actuación, era tal, que todo fluía a la perfección, dándose uno de los mejores momentos de la sesión, con improvisaciones de los cinco componentes. La fuerza expresiva de Escoffery se abrió paso de nuevo contagiando a todo el grupo, incluyendo a Cruz, que remató la sesión con un vibrante y espectacular solo de batería. La música de Tom Harrell es una música bella, elegante y bien estructurada. Su predilección por estilos como el bebop y el latin jazz se deja adivinar en sus composiciones, dándole un carácter muy vivo y embriagador a su música. Ya en la cima de su carrera, Harrell, es uno de los más valiosos trompetistas contemporáneos que ha dado el jazz, merecedor de una detenida atención y estudio para todo aquel que desea introducirse en el mundo del jazz y en particular de la trompeta.
Texto © 2012 José Antonio García López
Fotos © 2012 Rafa Márquez