Por Adolphus Van Tenzing.
Maestro de maestros, compositor y pianista genial, bicho raro donde los haya: Thelonious Monk es uno de los músicos más originales de la historia del jazz. Tanto sus temas como su forma de tocarlos parecían infantiles, histriónicos, deslavazados. No hace falta mirar muy por debajo de la superficie para reconocer a un genio y a su obra.
Sirva como ejemplo «Blue Monk», un simple blues en si bemol basado en líneas melódicas cromáticas que cambian su contexto a diversas partes de la armonía y del tiempo. Por si la idea no fuera lo suficientemente brillante o no estuviera lo suficientemente bien ejecutada, los acordes subyacentes también hacen de las suyas apareciendo, ausentándose, perdiendo notas y, fundamentalmente, ajustándose como un guante al discurso melódico.
Siempre se habla del blues, del blues de jazz y del blues de Charlie Parker. Hace tiempo que se debería acuñar otro concepto imprescindible: el blues de Monk.
© Adolphus van Tenzing, 2018
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