Cuatro temas. Cuatro blueses. Cuarenta y un minutos de sensaciones intensas, subidones y bajones, solos encendidos y reflexiones profundas a cargo de un all star de la época. A priori el proyecto puede parecer un disparate, pero el resultado engancha, y mucho. El trompetista Thad Jones comparte protagonismo con un Frank Wess que reparte su trabajo entre el tenor y la flauta, y el guitarrista Kenny Burrell (quién mejor que él para abordar el blues) aporta la voz en contraste. Las cuatro composiciones, por cierto, son originales del pianista Mal Waldron, que no va precisamente a la zaga de sus compañeros en lo que a improvisación se refiere. Y si el proyecto funciona a las mil maravillas también se debe a sus sólidos cimientos: Paul Chambers y Art Taylor, ni más ni menos. Otra joyita salida del estudio de Rudy Van Gelder, pero más adictiva de lo habitual.
© Adolphus van Tenzing, 2014
Thad Jones: After Hours (Prestige 7118)