Tirando del hilo se llega al origen. La excelente generación actual de músicos europeos, especialmente escandinavos, especialmente pianistas, no surgió de la nada. Hay precedentes de peso, y entre ellos destaca la reconocida figura de Jan Johansson. Pianista, cómo no, sueco, cómo no, en sus composiciones e interpretaciones se escuchan ecos clásicos y folclóricos mezclados en un caldero jazzístico. En los años sesenta ya utilizaba recursos hoy en día habituales, como la gestión del espacio, las melodías modales o el tiempo doblado (incluso cuadriplicado) en el ride de la batería. Ante una pieza de este pianista, en un blindfold test cualquiera creería estar escuchando a Bobo Stenson, Jan Lundgren o Esbjörn Svensson. Parece que este último fue el genuino heredero del Santo Grial sueco tanto en lo musical como en lo trágico: Svensson murió en un accidente de submarinismo con 44 años, Johansson en un accidente automovilístico con 37.
Texto: © Adolphus van Tenzing, 2014
Fotografía: Lennart Håwi, 1965
(http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Jan_Johansson_Hawi.jpg)