El pasado 28 de junio se celebró el 81º aniversario de la grabación de “West End Blues” por los Hot Five de Louis Armstrong, uno de los monumentos más importantes de la historia del jazz y, por qué no atreverse a decirlo, de la historia de la música del siglo XX.
Armstrong, en solitario, arranca con la famosa cadencia, un diamante de muchos quilates en sólo 12 segundos. Las cuatro notas negras descendentes iniciales actúan como un aviso sonoro, al que siguen unos vertiginosos arpegios ascendentes que nos llevan al do agudo que remata esa primera frase. A continuación, una vibrante línea descendente cargada de blues, que da paso a varios giros cromáticos enlazados pero a la vez suficientemente espaciados. En dos únicas frases, la trompeta de Louis Armstrong sintetiza la historia del jazz anterior y anticipa el futuro de esa música.
El resto del tema, a pesar de lo que se ha escrito en ocasiones, mantiene el mismo nivel. Como momentos estelares podemos destacar el arranque del primer chorus, un sentido homenaje a la grabación original del tema por King Oliver, en el que Armstrong lidera el grupo en armonía con el clarinete de Jimmy Strong sobre el fondo sonoro del trombón de Fred Robinson y que concluye con un arpegio ascendente hasta el si bemol agudo, tras el que Armstrong se toma un respiro y le pasa el testigo a Robinson; el dúo del clarinete chalumeau de Strong con el sobrio, relajado y casi distante scat de Armstrong; y el solo de piano de Earl Hines, en el que su mano izquierda se desplaza arriba y abajo tocando octavas y décimas, con ocasionales acentos en los tiempos débiles, y su mano derecha emplea ya sus conocidas octavas en estilo “trompetístico”. Como guinda, ese dramático si agudo que Armstrong mantiene durante cuatro compases (doce segundos), con el punto justo de vibrato, y que resuelve con cinco furiosas series de cuatro notas coronadas por un do agudo.
Dos matizaciones finales: para el que piense que la cadencia inicial de Armstrong es una creación absolutamente espontánea y no planificada, se recomienda escuchar el tema “Changeable Daddy Of Mine”, grabado tres años y medio antes (noviembre de 1924) por Margaret Johnson y los Clarence Williams’ Blue Five y, en concreto, el break de Louis Armstrong a la corneta tras el puente (2:12). Por otra parte, para comprobar por qué la calidad como solista de Louis Armstrong estaba a años luz de los demás trompetistas del momento, basta con escuchar el intento de Louis Metcalf (por lo demás, un magnífico instrumentista) de recrear nota por nota esa cadencia en una sesión de la orquesta de Luis Russell liderada por King Oliver y grabada en enero de 1929. Las comparaciones son odiosas, pero ésta lo es aún más.
© Adolphus van Tenzing, 2014
Disponible en The Complete Hot Five And Hot Seven Recordings (Columbia 63527) y The Hot Fives And Sevens (JSP 100).
Magnífico repaso a ese tema mágico.
Excelente comentario de Van Tenzing. Aquí se puede escuchar a la orquesta de Charlie Barnet tocando la cadencia de Armstrong (http://open.spotify.com/track/48Gg0LDTQon6kiYGZswd3x), creo que en 1945.
Es un tema que me acompañó muchos años, y todavía me viene a la cabeza de vez en cuando. Solo la subida, y luego bajada, de Armstrong a la trompeta en la introducción ya es de antología, y no digamos lo que viene después.