The Cellar (Vancouver), noviembre de 1958. El speaker presenta a Harold Land, líder del cuarteto que actuará esa noche en el club canadiense. El batería Lennie McBrowne marca unos golpes rítmicos rememorando a los indios americanos, Elmo Hope apoya con acordes al piano, el líder dibuja frases aquí y allá; en 1’07» Land arranca la melodía de «Cherokee», tema rápido y despiadado como pocos, y el contrabajista Scott LaFaro marca un frenético pulso de walking bass a una velocidad endiablada (380 bpm –beats per minute = notas negras por minuto–, aproximadamente).
Lo increíble no es que LaFaro aguante vivo y fresco durante casi dieciocho minutos, sino la calidad melódica de su trabajo. El bajista explora tesituras durante largo rato, combina arpegios y escalas con cromatismos sin abusar de ningún recurso, dialoga con la batería y sustenta a los solistas como muy pocos serían capaces. Su solo, continuación de la línea de bajo, impresiona por su virtuosismo y su lenguaje. Toda una lección de contrabajo de jazz.
© Adolphus van Tenzing
Jazz At The Cellar 1958 (The Harold Land Quartet), Lonehill Jazz 10291