Tony Malaby’s Tamarindo Live (Clean Feed, 2010)

Clean Feed llega a la referencia número 200 de su catálogo. Del mismo modo que en la número 100 se daba el lujo de publicar el cuádruple CD de improvisaciones de Joe Morris con Anthony Braxton, la de la segunda centena es un directo de hace apenas medio año (junio de 2010) por un grupo de lujo: el cuarteto consistente en el trío Tamarindo del saxofonista Tony Malaby (con William Parker al contrabajo y Nasheet Waits a la batería) más el añadido del trompetista Wadada Leo Smith. Su contenido incluye grandes nombres, pocas sorpresas formales y (sobre todo) música de primer nivel.

Poco hay que hablar sobre William Parker o sobre un histórico como Wadada Leo Smith. Tampoco demasiado sobre Nasheet Waits (que aquí está especialmente brillante), y quizás un poco más sobre Tony Malaby, aunque tampoco mucho más. Las cuatro son figuras ya consagradas, más conocidos unos músicos que otros, pero todos ellos con unas carreras a sus espaldas que avalan su calidad.

Tal y como comentaba esta grabación presenta pocas sorpresas, ya que el directo es el hábitat por antonomasia de estos cuatro músicos. Tony Malaby es el autor de las cinco composiciones (en la última pista a la composición “Jack The Hat” se le añade como coda el tema “Caged Man”). Éstas presentan unas formas bien definidas que los cuatro músicos se encargan de moldear a su gusto y ampliar hasta unas duraciones generosas (el tema más corto dura doce minutos, el más largo diecisite). De ese modo la música se puede desarrollar sin prisas y sin unos límites auto impuestos por los músicos.

Tampoco hay demasiadas sorpresas en cuanto a las formas con unas exposiciones de la melodía en conjunto a las que le siguen los correspondientes solos, o con esas regiones musicales aparentemente indefinidas y neblinosas en la que los músicos van intercambiando sus ideas y compartiendo su inspiración para ir construyendo la música. Tampoco hay sorpresas en los ambientes, que van cambiando tema a tema. Mientras en algunos momentos tienen un carácter más incisivo (aunque tampoco demasiado), en otros la música se vuelve más enigmática o incluso contemplativa. Todos estos ingredientes, sabiamente combinados y cocinados por la maestría de los cuatro músicos sirven para estructurar un pequeño festín para los oídos.

Posiblemente Pedro Costa y compañía podrían haber celebrado este aniversario con alguna de las otras muchas buenas obras que abundan en el catálogo de Clean Feed. Sin embargo y tras la escucha parece que la decisión de que fuese precisamente este título resulta más que acertada, ya que entronca perfectamente con la filosofía del resto de referencias. Sólo queda darles la enhorabuena por llegar al número 200 en el catálogo. Ahora les toca ir a por el 300.