El pianista holandés Wolfert Brederode (1974), ha publicado en 2022 Ruins and Remains, su cuarta grabación como titular en ECM. Si en las anteriores grabaciones en este sello los formatos eran los habituales de piano tanto en trío (Black Ice -2016), como en cuarteto (Currents -2007-, y Post Scriptum -2011), en Ruins and Remains la formación no es muy frecuente, ya que cuenta con la colaboración del baterista y percusionista Joost Lijbaart, más el cuarteto de cuerdas Matangi Quartet.
Al igual que ocurría con sus tres grabaciones anteriores en ECM, Ruins and Remains, vuelve a ser sumamente recomendable. Es un hecho constatado y constatable que el músico se toma su tiempo para grabar para el sello que dirige Manfred Eicher. De este modo, si sigue la secuencia temporal establecida con estas obras, la previsión es que la próxima grabación sea allá por el próximo años 2029. Más allá de la pequeña broma que posiblemente sea únicamente apta para «matemáticos» (y ni eso, nótense las comillas), cada una de estas grabaciones es una obra más que remarcable.
En el caso de Ruins and Remains, esta obra tiene poco de broma, puesto que surgió como un encargo para conmemorar el centenario del final de la Primera Guerra Mundial. Debido a ello, se estrenó en el Día del Armisticio de 2018. Según indica Steve Lake en las notas del disco, la suite ha estado en constante evolución desde su estreno hasta su grabación en agosto de 2021. El líder ha ido añadiendo y modificando las piezas que componen esta obra hasta su forma definitiva, al menos en formato de grabación.
En su forma final, o al menos en la registrada para el sello alemán, la grabación se compone de catorce piezas que duran en total un poco más de 45 minutos. En ellas, sin perder un ápice de libertad, el carácter jazzístico aparece difuminado (escúchese la deliciosa «Nothing for Granted»), mostrando una obra que construida a partir de una música que es a lo largo del desarrollo íntima, de una belleza sobrecogedora, enigmática e incluso melancólica; también es tensa, e incluso en algún momento se la podría calificar como amarga.
En ello ayuda el trabajo del cuarteto, o quizás sería más correcto referirse al amplio papel que el pianista deja a Maria-Paula Majoor (violín); Daniel Torrico Menacho (violín); Karsten Keijer (viola); y Arno van der Vuurst (violonchelo). Gracias a ello esta no es una grabación en la que el cuarteto de cuerdas (una agrupación clásica entre las clásicas en la música clásica), es un puro apoyo para el exhibicionismo del pianista. Todo lo contrario. El cuarteto en unos momentos es un instrumento más que suena como una única voz. En contraposición a ese trabajo conjunto, hay otros momentos en los que una o varias de sus voces individuales tienen su papel como protagonistas destacados.
El baterista y percusionista Joost Lijbaart es otra pieza fundamental para que Ruins and Remains llegue a buen puerto. Sus aportaciones están llenas de espacios, y por momentos incluso se camuflan con las del cuarteto de cuerda.
En cuanto al pianista, su trabajo como instrumentista es más que notable, al igual que ocurre con su trabajo como compositor.
El resultado, ya se ha indicado anteriormente, es una delicia, una de esas grabaciones llenas de detalles que uno no se cansa de escuchar una y otra vez.
© Pachi Tapiz, 2022
Wolfert Brederode: Ruins and Remains (ECM; 2022)
Wolfert Brederode (piano); Joost Lijbaart (batería y percusión)
Matangi Quartet; Maria-Paula Majoor (violín); Daniel Torrico Menacho (violín); Karsten Keijer (viola); Arno van der Vuurst (violonchelo)
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