Wolfgang Haffner: al grano. Entrevista por Arturo Mora Rioja 3

Wolfgang Haffner: al grano. Entrevista por Arturo Mora Rioja

El batería Wolfgang Haffner, actualmente vecino de Ibiza, es una de las figuras más importantes del jazz europeo. Una vez publicado su nuevo trabajo Heart Of The Matter en el sello alemán ACT, y en los albores de una gira europea, Arturo Mora entrevistó a Haffner en una cafetería de Madrid.

Arturo Mora con Wolfgang Haffner
Arturo Mora con Wolfgang Haffner

ARTURO MORA: ¿Por qué decidiste venirte a vivir a España?

WOLFGANG HAFFNER: Nunca he vivido fuera. Viajaba mucho y, cuando no estaba de gira, siempre pasaba las vacaciones en España, en las islas Canarias o en las Baleares. En 1995 o 1996 empecé a ir a Mallorca, porque un amigo mío vivía ahí. Entonces fui a Formentera, conocí gente y empecé a hacer algo de música. Como en Formentera no hay aeropuerto siempre tenía que volar hasta Ibiza, y un día tomando café en el aeropuerto me dije: “¿Por qué no me quedo aquí?”. Eso fue en 2009. A principios de 2010 me fui a Ibiza, busqué una casa y allí sigo.

Me encanta la mentalidad española, me es muy cercana. Soy alemán, claro, y me encanta mi país, no es por eso, pero desde la primera vez que vine a España… Hay algo, no hace falta que te lo diga [risas]. La mentalidad, el clima… Fíjate que viajar desde Ibiza en invierno es algo más difícil, porque no hay vuelos directos, tan sólo hacia la península, tengo que hacer escala en Palma, Barcelona o Madrid. Pero aun así es genial vivir allí y no tener grandes nevadas todos los inviernos y… Me siento cercano a vosotros, tíos. También me gusta tocar en España, porque hay muy buen público, amantes de la música; me siento como en mi segunda casa.

ARTURO MORA: Wilkommen aus Spanien.

WOLFGANG HAFFNER: Danke!

Wolfgang Haffner: al grano. Entrevista por Arturo Mora Rioja 4ARTURO MORA: ¿Qué nos puedes contar sobre tu último trabajo, Heart Of The Matter?

WOLFGANG HAFFNER: Creo que es mi álbum número 13. Siempre he escrito canciones, porque vengo de una familia ligada a la música clásica, todo el mundo hace música en mi familia. Mi padre era un músico clásico que componía para coros de iglesia, así que crecí con Johann Sebastian Bach, mi primera influencia, antes que Miles Davis y todo eso. Cuando era niño me sentaba al lado de mi padre en el órgano o en el piano y veía cómo componía, así que escribí mi primer tema, una composición infantil, con 13 o 14 años. Cuando tuve varias canciones me dije: “Vale, voy a llamar a este tío, a este otro, a un bajista, a un guitarrista, a un teclista y vamos a grabarlo”. Y eso es lo que hecho con cada disco, simplemente escribir temas y luego grabarlos.

Con Heart Of The Matter sabía exactamente, por primera vez, quién iba a grabarlo, quién iba a estar en el grupo, pero no tenía nada escrito. Así que fue justo al revés de lo habitual. Normalmente escribo los temas y luego pienso: “Vale, ¿quién podría tocar esto?”. En esta ocasión ya sabía exactamente que quería tener a Dominic Miller, el guitarrista de Sting, al trompetista que toca ahora en mi grupo [Sebastian Studnitzky]… Ya sabía cómo iba a sonar, pero no había escrito ni una nota. Así que escribí la música con la banda en mente, algo nuevo para mí.

Wolfgang Haffner. Fotografía © Sergio Cabanillas, 2013
Wolfgang Haffner. Fotografía © Sergio Cabanillas, 2013

El sonido del disco tiene que ver con Ibiza, en cierto modo. Mi música se ha vuelto más tranquilo [sic] con el tiempo. Tengo 47 años y antes hacía giras mundiales como un loco, tocando para un montón de gente. Ahora me estoy concentrando más y más en mis cosas. Esa es otra de las razones por las que me mudé a España: quería dejar mi zona de confort. Era músico de sesión y hacía muchas giras para otros músicos, y me dije: “Bien, voy a dejar la mayoría de esos trabajos, quiero vivir en otro sitio y empezar a construir una nueva vida”. Y eso también implica que estoy tocando un poco menos, porque me estoy concentrando más en lo mío, así que cuando alguien me llama y me dice: “¿Puedes ir de gira?”, primero miro si hay algo que quiero hacer con mi grupo, y si no entonces puedo hacerlo. Ahora mi música es lo principal, es lo primero, y antes no era así. Todo empezó cuando me mudé a Ibiza con un álbum llamado Round Silence, que escribí en Formentera. Estaba gastando mucha energía en otros, que es algo que está bien, tocar con todos esos músicos buenísimos, y lo sigo haciendo, pero ahora lo primero es Wolfie [risas].

Para mí saber cómo iba a sonar la banda fue algo muy nuevo. ¿Conoces a Mezzoforte? Eythor Gunnarsson ha sido una de mis mayores influencias de mediados de los ochenta, tiene ese sonido de sintetizador tan personal. Sebastian Studnitzky, el trompetista, es único. Quise que Dominic Miller tocara guitarra acústica, que yo nunca había usado (quiero decir, igual la usé en uno o dos temas en el pasado, pero ahora quería mucha guitarra acústica). Es un sonido muy especial. Algo que también ha sido nuevo para mí han sido las versiones: “Hello” y “Here’s To Life”. No lo hice con fines comerciales, en plan “voy a hacer «Hello» porque así venderé muchos discos”, no es así. A lo mejor vendes dos discos más, igual, pero creo que no puedes engañar a la gente. La música de verdad siempre encontrará su camino hacia el corazón de la gente, y si grabas “Hello” para hacer dinero se darán cuenta. Lo hice porque me encantaba el tema, siempre me encantó, y lo tenía metido en la cabeza. Estaba paseando por la playa en Ibiza y estaba sonando “Hello”, y me dije: “Uau, qué bonito. Va a encajar perfectamente”. Y luego está esa balada tan bonita, “Here’s To Life”, que se la escuché a Shirley Horn. Hago la música que me gusta, no pienso en plan “voy a mezclar música escandinava con flamenco”, o cosas así. Hago lo que me dice mi corazón.

ARTURO MORA: El corazón del asunto [Heart Of The Matter].

WOLFGANG HAFFNER. Sí. El título surgió porque… Grabamos 16 canciones, pero solo hay 10 en el disco. Heart Of The Matter quiere decir “llegar a la esencia”. Escuché los temas con mucha atención, todos eran buenos, pero este no era tan fuerte como este otro… Así que de 16 lo dejamos en 10. El corazón del asunto. También eliminé capas de todos los temas: “¿Qué es lo que importa en este?”. A veces eliminaba cosas de la grabación para dejar más espacio. ¿Cuál es la esencia de la canción? La melodía, el groove… Y a veces no hace falta meter mucho. En el estudio quité guitarras, teclados, pads… para dejar espacio. Es un proceso que me encanta hacer, llegar a la esencia. Es lo que estaba buscando en la vida, hay mucho “bla bla bla”, muchas gilipolleces, pero…

ARTURO MORA: “Al grano”.

WOLFGANG HAFFNER: Exacto, esa es mi mayor preocupación. Y si no puedes llegar a eso en tu vida no podrás hacerlo en tu música. En mi caso va en paralelo con mi vida, así que Heart Of The Matter y dejar Alemania por Ibiza van en la misma dirección: ir al grano. Nunca jamás pienso en lo que diga la gente. Quiero decir, me dieron el Grammy alemán por Round Silence, y eso está muy bien, pero no soy calculador con la música. Por supuesto me gusta que le guste a la gente, es maravilloso. No tengo que trabajar en una gasolinera o en un supermercado, puedo tocar música y la gente viene a escucharla y la disfruta, y eso es un privilegio por el que estoy agradecido. Así que eso es, básicamente, Heart Of The Matter.

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ARTURO MORA: Precisamente te iba a preguntar si Heart Of The Matter es una continuación de Round Silence.

WOLFGANG HAFFNER: Lo es.

ARTURO MORA: ¿Ha sido una especie de nuevo camino que se ha abierto ante ti?

Wolfgang Haffner. Fotografía © Sergio Cabanillas, 2013
Wolfgang Haffner. Fotografía © Sergio Cabanillas, 2013

WOLFGANG HAFFNER: Di un giro. A mediados de la década pasada hice un álbum llamado Shapes en el que empecé a usar menos material armónico, porque iba más de ritmos hipnóticos… Porque estaba escuchando mucha música de discoteca, música electrónica, y eso se nota en ese disco. Entonces hice un álbum llamado Acoustic Shapes que no era discotequero en absoluto. Con Shapes hicimos una gira mundial que fue una locura. Cuando volví a casa a finales de julio de 2007 necesitaba una pausa. Y entonces me llamó Nils Landgren, porque yo había tocado en su grupo Funk Unit, y tenía una gira en octubre, y había contratado a una telonera, pero quedó embarazada y no podía hacerlo. Así que Nils me dijo: “Como ya estás tocando conmigo, pues te haces la primera mitad del concierto”. Dije: “Sí, claro”, y después pensé: “Mierda, ¿qué voy a hacer?” [risas]. Y no sé por qué, no pensé en ello más de cinco minutos: “Shapes en acústico [Acoustic Shapes]”. Eliminé toda la parte electrónica, rehice los arreglos un poco y fue mi mayor éxito, no en cuanto a ventas, sino en cuanto a reconocimiento popular. Antes de grabarlo todo el mundo me decía: “Vas a hacer un trío acústico de piano, debes estar loquísimo, porque hay tantos…”, y yo me dije: “Bueno, da igual”. Se lo comenté a mi discográfica y a mi agencia: “Confiad en mí, va a salir muy bien”. Si haces algo desde tu corazón, siempre llegará a la gente.

ARTURO MORA: Hay un gran contraste entre tu Acoustic Shapes y la Nils Landgren’s Funk Unit.

WOLFGANG HAFFNER: Fue un gran contraste, nosotros tocábamos muy suave y la Funk Unit era muy dura.

Luego el siguiente álbum fue Round Silence, así que Shapes fue electrónico, Acoustic Shapes completamente acústico y Round Silence básicamente acústico con algún aroma de texturas electrónicas. No lo concebí así, pero viéndolo retrospectivamente salió algo así como una trilogía: música electrónica, acústica y una combinación de ambas. El disco nuevo es una continuación, pero con texturas nuevas, porque hay guitarra acústica, y aún así sigue sonando a Wolfgang Haffner, creo yo, porque lo que define a mi música es mi forma de tocar; no soy un batería para baterías, no toco muchas cosas, a veces toco bastante poco, y todo suena super fácil, aunque no lo sea (ahí radica la dificultad). No me gusta la gente que saca la calculadora para escuchar música.

ARTURO MORA: Amalgamas, secuencias de acordes extrañas…

WOLFGANG HAFFNER: No me hace falta. Y aquí es donde volvemos a mi historia, a Johann Sebastian Bach y sus melodías y armonías tan bellas, tan emocionantes, oscilantes… De ahí vengo.

Nunca escribo un tema para demostrar qué tipo de armonías puedo hacer; deben tener sentido. El nuevo disco es un poco distinto, claro, porque siempre intento ir en una dirección diferente. Una pregunta que me hacen muchos periodistas es: “Wolfgang, en tu disco salen algunos de los músicos alemanes y europeos más famosos: Till Brönner, Thomas Quasthoff…”. Para empezar, son amigos íntimos, somos colegas. Así que nadie sale en el disco sólo porque yo quiero que figure su nombre, me da igual, no me hace falta. Ese es otro privilegio: no necesito incluir nombres para vender más discos, porque no creo en eso. El disco nuevo sigue sonando a Wolfie porque tiene mis melodías fáciles, algunas son como de canción infantil… Uno de mis criterios es poder salir de un concierto silbando las canciones, o escuchar a gente que sale de mi concierto silbando una canción… Para mí recordar las melodías es un buen criterio.

wolf3ARTURO MORA: En ese sentido, en el disco hay un tema espectacular, “Leo” [Wolfgang se ríe], con su tinte de Pat Metheny.

WOLFGANG HAFFNER: Sí, es un homenaje a Pat Metheny, que posiblemente es mi mayor influencia. Tenía que hacerlo [risas]. Tuve la oportunidad de tocar con él hace 10 años. He tenido algunas experiencias notables con mis ídolos, pero con Pat fue todavía a un nivel más alto. Seguimos en contacto hasta hoy, es un gran tipo. Es como un colega; quiero decir, es Pat Metheny, sé dónde está él [Wolfgang sitúa su mano sobre su cabeza] y dónde estoy yo [Wolfgang baja su mano], pero cuando nos vemos es cómo: “¡Ey, eso estuvo de miedo!”, y él habla muy bien de mí. Chuck Loeb me comentó que Pat le dijo: “Wolfgang es un batería estupendo”.

Pero no escribí “Leo” por eso. Siempre me ha gustado ese tipo de [canta una melodía lírica] que cambia de tono, que se mueve por la armonía sin parar, y sigue y sigue… Ese es Pat Metheny, claro, y quise hacer un tema así, y me llevó dos meses escribir esta canción, día tras día. Probablemente hice 20 versiones distintas del final. Siempre era algo así como: “Vale, ya está. ¡Ah, no!”. Los temas de Pat no son nunca en plan: “Lo podrías haber hecho así”. SON así. Para mí son perfectos.

“Leo” también es un homenaje a Lyle Mays. Siempre decimos “Pat Metheny”, porque hablamos del Pat Metheny Group, pero el que está detrás es Lyle Mays.

ARTURO MORA: ¿Qué nos puedes decir sobre tu nuevo grupo?

WOLFGANG HAFFNER: Hemos estado tocando durante toda esta semana y, después de seis conciertos, anoche en Budapest ya sonaba distinto, así que en uno o dos años sonará muy distinto. No sé cómo pasa, pero pasa. La música tiene que desarrollarse, y tengo músicos fuertes en este grupo, como el guitarrista Kosho, que de momento no es muy conocido en España. Es maravilloso, de verdad, es todo un personaje, como si mezclaras a David Gilmore [Pink Floyd] con Pat Metheny con Chuck Loeb y con George Benson, pero siendo él mismo. De verdad. Toma a tus cinco guitarristas favoritos, júntalos en uno y ahí le tienes.

Cada nota que toca cualquiera de los músicos de este grupo encaja con mi filosofía sobre el sonido. Todo tiene que ver con una atmósfera que está presente en mi nuevo disco más que en los anteriores. Cada álbum refleja un momento de la vida, no podría haber escrito Heart Of The Matter hace dos años.

ARTURO MORA: ¿Cuánto tiempo pasó desde el momento en que decidiste hacer el disco hasta que se publicó finalmente?

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Wolfgang Haffner. Fotografía © Sergio Cabanillas, 2013

WOLFGANG HAFFNER: Como tengo un contrato discográfico, sabía cuándo tenía que salir el disco. Round Silence se publicó en septiembre de 2009, y me dijeron: “¿Podrías tener un disco nuevo para principios de 2012?”, pero entonces yo estaba de gira. Así que a la compañía se le ocurrió hacer un disco Signature Edition, y la idea me gustó mucho, tomar temas de mis discos antiguos, y creo que salió una mezcla muy buena que muestra muchas cosas a la gente que conoce Shapes o Round Silence pero que no había escuchado el resto de mi material. El disco salió en 2012, o en otoño de 2011. Me vino muy bien porque no tenía ni idea de qué hacer. Con Round Silence estuvimos de gira durante dos años y medio sin parar, y necesitaba respirar, caminar por playas… Me tomé un mes de vacaciones. Terminé lo que tenía que terminar, no di más conciertos, me quedé en Ibiza sin más.

Entonces la discográfica me dijo: “¿Por qué no hacer música española combinada con la tuya?”. Les dije: “Vale”, y media hora después pensé: “¡Vaya gilipollez!” [risas]. Me encanta la música española pero, tan sólo porque vivo en España… ¿Cuál es el objetivo? No sería honesto. Hay muchos discos conceptuales. Algunos son buenos, pero no tengo que hacer esas cosas para sobresalir, porque ya sobresalgo, como sobresale cualquiera que tenga una voz musical fuerte. Soy yo, haga lo que haga… Música coreana combinada con música alemana o española… Nunca me gustaron esos discos. Hay mucho negocio de por medio, no voy a hablar mal de nadie en concreto, pero tocar la música de Burt Bacharach por enésima vez… ¿Por qué? Quiero decir, hay tanta planificación, pones a esta cantante rubia con poca ropa, música de los Beatles, o de Burt Bacharach. Te puede gustar mi música o no, pero yo lo hago todo, sé lo que cuesta, y tú también lo sabes. No es que a la gente le tenga que gustar, pero estoy muy orgulloso de ganarme bien la vida con cosas creadas por mí mismo. Vale, hice una versión de “Hello”, pero no porque no tuviera temas suficientes.

Así que finalmente descansé en condiciones y empecé a pensar en el siguiente disco. En menos de un día ya tenía la formación, estaba muy clara. Y entonces me puse a escribir durante… [piensa por un momento] cinco meses. Escribir no es sentarse todo el rato en el ordenador, también implica dar paseos largos, sentarse en una cafetería, darse una vuelta e impregnarse del ambiente, ¿sabes? Ya llevaba la música conmigo, tan solo tenía que sacarla. La verdad es que dos temas del disco los escribí en cinco minutos. Me senté al piano y los toqué. Uno se llama “Dom”, dedicado a Dominic Miller, y el otro es “Island Life”. Son canciones muy fáciles. Las escribí el día antes de la grabación.

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ARTURO MORA: ¡Eso es jazz!

WOLFGANG HAFFNER: Sí, eso es. Aunque ya no invierto más tiempo de mi vida clasificando mi música como jazz o no jazz. Tiene mucho jazz, porque hay varias partes improvisadas, pero… ¿Jimi Hendrix hacía rock o jazz? No lo sé. No etiqueto mi música. Hay gente que dice que es chill-out.

ARTURO MORA: …Como es relajante y a veces tiene fondos discotequeros.

WOLFGANG HAFFNER: Sí, pero entonces viene todo el tema de Haffner, Ibiza, Ibiza es chill-out. Da igual. Pero, por supuesto, hay que colocar el disco en alguna parte de la tienda, y los míos los encuentras en jazz, no en rock, aunque tengan muchas influencias. Hay influencias del rock, puedes escuchar claramente a Pink Floyd en mi música, en el ambiente; y a Pat Metheny, no sólo en “Leo”.

Esas atmósferas son más evidentes ahora que cuando vivía en Alemania, en la ciudad. Ahora en cuanto toco una nota aparece el mar.

ARTURO MORA: El entorno es parte de la música.

WOLFGANG HAFFNER: Indudablemente. No creo que pudiera haber escrito Heart Of The Matter en Tokio o en Los Ángeles. Habría sonado distinto. Pero en la isla, en Ibiza, puedo tocar al aire libre, incluso puedo grabar al aire libre y no hay nadie. Eso refleja quién soy como persona, y mi vida se refleja en la música.

En cambio si estás muy liado, en sitios ruidosos, y sin descansar… ¿Cómo puedes escribir buena música? No tiene que ver con Ibiza, o con ninguna isla. Tiene que empezar por ti mismo. En mi vida he estado tan relajado como ahora, por muchas razones. Y una de ellas es que no tengo que demostrar nada a nadie salvo a mí mismo. Sigo tocando en los festivales más grandes del mundo con algunos de los mejores músicos, estoy súper agradecido. Mi corazón me dice qué debo hacer. No necesito estar diez veces al año en Nueva York. Lo hice durante muchos años, ir a América, pero esa fase ya acabó. Me sigue encantando ir a Estados Unidos de vez en cuando, pero ya no es la idea de “tengo que ir a América”. He tocado en discos buenos, como los de smooth jazz con Bob James, Chuck Loeb o Michael Franks. Ya lo he hecho, así que ¿dónde estoy ahora? ¿Qué quiero hacer? No “qué quieren otros de mí”. Ahora no estoy tan loco como antes, cuando daba cuatro conciertos en nueve días en cuatro continentes distintos. El calendario más atareado fue el del año 2000. Estuve de gira durante ocho meses e hice cinco giras, una tras otra. Normalmente te llama una agencia y te pregunta: “¿Puedes tocar entre el 1 y el 20 de septiembre?”, y luego te llama otra y a lo mejor te pregunta “¿puedes tocar del 18 de septiembre al 20 de octubre?”, y entonces tienes que cancelar una de las dos, porque no concuerdan. Pero en el 2000 empecé en febrero, luego me fui a casa durante un solo día, luego tuve dos semanas libres entre América y Sudáfrica, luego me llamaron de un gran grupo que se iba a Japón –ir a Japón siempre había sido mi sueño, y era la primera vez–, así que dije: “Vale”. Tuve un transbordo loco desde Río de Janeiro a mi casa, llegué a las ocho de la mañana a Nuremberg y a las siete de la tarde volé a Frankfurt y tomé un avión a Tokio. Así de loco estaba.

Así que todo lo que hagas, ya sea en tu vida privada o en la música, se refleja en tu estilo de vida y en la música.

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ARTURO MORA: ¿Qué papel han jugado tu compañía, ACT, y su dueño Siggi Loch en el desarrollo de tu producto musical?

WOLFGANG HAFFNER: Me dejan hacer lo que quiero, excepto cuando lo de la música española, pero no pasa nada. Siggi nunca me dijo “tienes que hacer esto”, nunca. Quise irme a ACT porque me encantaba. Me gusta su filosofía, su gente, son muy entregados y organizados. A Siggi le encanta la música, por eso nos deja hacer lo que queremos, y hay algo que me encanta de verdad, no sólo de Siggi, sino de cualquiera. Si pudiera pedir un deseo sería que todo el mundo me dijera lo que piensa de verdad, no sólo sobre la música sino en general. Si alguien piensa que soy estúpido, que me lo diga. Que no me diga “oh, sí, eres un tipo muy majo” y luego, por la espalda, “este tío es gilipollas”, o algo así. Y la industria de la música es así. No voy mucho a clubes ni jam sessions, antes lo hacía, pero ahora ya no. “Sí, qué bien suena esto, conoces ese disco que hizo Miles con Philly Joe…”, y entonces es cuando digo “que te den por culo, déjame en paz” [risas]. Prefiero ponerme un disco de James Taylor y un buen vaso de té verde y quedarme en paz. Odio esa mierda. “Es que toca con estas baquetas y con estas puntas…”. La música es vida, ese es mi lema. Volviendo a Siggi Loch, tiene una visión muy clara de lo que quiere, quiere música que le emocione, da igual si es funk o lo que sea, pero siempre me lo dice. Por ejemplo, sobre el trío de piano me comentó: “Debes estar loco, sacar un trío de piano”. Grabé dos conciertos y le dije: “Esto va a estar en mi próximo disco”, y me respondió: “Te recomiendo encarecidamente que no lo hagas”. Tiene las ideas claras y te lo cuenta, lucha por su honor, defiende sus ideales, pero sin prohibiciones; es muy listo, sabe que tiene que apoyar al músico, por eso ha tenido grupos como e.s.t. [Esbjörn Svensson Trio] en el sello. Eso es lo mejor, que ACT apoya a los músicos.

ARTURO MORA: Precisamente te iba a preguntar sobre la influencia de e.s.t. en tu música, especialmente en tu forma de componer.

WOLFGANG HAFFNER: Escuché mucho a e.s.t., claro, quiero decir, hay algo de influencia, porque me encanta Magnus [Öström], me encanta Esbjörn, toqué con él en un disco, el de Viktoria Tolstoy [Shining On You. The Music Of Esbjörn Svensson]. Tengo una buena historia sobre ese disco. En el álbum no dice que aparezca Esbjörn, dice que el pianista es Bror Falk, pero es Esbjörn Svensson. Bror Falk es el nombre de su madre, o algo así. Pero es él, claramente, si escuchas verás que es Esbjörn Svensson, desde la primera nota. Créeme, yo estuve allí [risas]. No podían usar su nombre. En la principal revista de jazz alemana un tío escribió que estaba muy bien, pero qué pena que Esbjörn no tocara, porque entonces sí que hubiera sido realmente bueno [risas].

Esbjörn fue una gran influencia, pero nunca me metí en su uso de la electrónica, porque no creo en copiar, creo en la inspiración. El sonido de mi trío es distinto del suyo, aunque haya estructuras similares. Cuanto más toco con mi trío más me alejo. Hubert Nuss, el pianista, toca de una forma completamente distinta a la de Esbjörn.

Siggi Loch creía que el trío no iba a funcionar, pero ha sido el mayor éxito que hemos tenido hasta ahora.

wolf6ARTURO MORA: ¿Qué opinas sobre la existencia de un jazz europeo?

WOLFGANG HAFFNER: Para mí la música más interesante de los últimos diez años ha venido de Europa, no de América. Hay muchos escandinavos, vosotros los españoles estáis haciendo cosas muy buenas, también en Francia. Escucho mucha música estadounidense, pero… Me fastidió esa discusión estúpida sobre la portada de la revista Downbeat con e.s.t. en la portada y Branford Marsalis y otros diciendo: “Nos están robando nuestra música”.

ARTURO MORA: Es una discusión absurda.

WOLFGANG HAFFNER: Totalmente. Él toca música clásica, y su hermano [Wynton] toca música clásica. ¿Quién inventó la música clásica, por cierto? [risas]. No sigo ese tipo de cosas. Es una discusión sin sentido y muestra falta de respeto por parte de este tío. Para mí un músico serio no viene con cosas como esta, porque la música no debe tener fronteras. Creo que mi vida es muy buena porque no me preocupo de esas cosas. Prefiero tomarme una cerveza [sic] con unos amigos que perder mi energía sentándome a analizar qué hizo Miles Davis hace cincuenta años.

ARTURO MORA: ¿Hay planes para grabar nuevamente con Metro?

WOLFGANG HAFFNER: Con Metro estamos haciendo una producción con big band que saldrá a finales de año. Es con la WDR Big Band de Colonia. Lo haremos en septiembre con Joachim Becker [productor]. Es muy interesante, ya hemos elegido los temas, no habrá temas nuevos, hemos escogido nuestros favoritos de los seis o siete discos que tenemos. Los va a arreglar Michael Abene, y tocará con nosotros el bajista de Heart Of The Matter, Nicolas Fiszman.

ARTURO MORA: ¿Vais a repetir bajista alguna vez?

WOLFGANG HAFFNER: [risas] No, eso nunca ha pasado. Espera, creo que Victor Bailey tocó en dos álbumes consecutivos.

ARTURO MORA: Tree People y Metrocafé.

WOLFGANG HAFFNER: Sí, pero tocar con un bajista nuevo se ha convertido en una especie de costumbre.

ARTURO MORA: Para terminar, ¿qué otros planes tienes para el futuro?

Wolfgang Haffner. Fotografía © Sergio Cabanillas, 2013
Wolfgang Haffner. Fotografía © Sergio Cabanillas, 2013

WOLFGANG HAFFNER: Giras, giras, giras, festivales veraniegos en Europa, luego Asia a mediados de octubre, Japón, Hong-Kong, luego de vuelta a Europa, España. Sé que la situación aquí está difícil, pero lo vamos a hacer de todas formas. Quiero presentar mi música y en España siempre he tenido buenos seguidores, me hace ilusión. Lo de Metro, tocar con Till Brönner, el trompetista, Asia otra vez. Grabaciones por aquí y por allá…

Hace poco hice algo para Chuck Loeb. Acababa de llegar a casa desde el aeropuerto, como a las dos de la mañana, vi a Chuck en Skype y le llamé. Me dijo: “Precisamente iba a llamarte”. Vi que donde estaba él había luz solar y le dije: “Me suena ese sofá, estás en el hotel Okura en Tokio”, porque siempre nos alojamos ahí cuando tocamos en el Blue Note. Y allí estaba. Quería grabar un tema, pero no podía juntar a todo el grupo –era la formación que tocó el año pasado con Andy Snitzer y Pat Bianchi–, así que teníamos que grabar sesiones por separado. Seguimos charlando durante diez minutos más y, para acortar la historia, diez minutos después colgué, toqué la canción y quince o veinte minutos después envié el fichero a Tokio. Chuck y yo siempre hacemos un dúo en directo…

ARTURO MORA: Sí, tu tocas sobre una banqueta.

WOLFGANG HAFFNER: Sí, exactamente. Seguíamos conectados por Skype, Tokio-Ibiza. Chuck marcó un tempo, yo me puse a tocar con escobillas, “un poco más rápido”… Y le dije: “Lo voy a hacer ya”. Para entonces ya eran las tres de la mañana. Lo toqué imaginándome el tema, en dieciséis compases, como “Stompin’ At The Savoy”, forma AABA…

ARTURO MORA: …Re bemol.

WOLFGANG HAFFNER: [risas] Total, que hice un break para el solo, pasé a baquetas, me puse a rellenar en algunos sitios, imaginando las frases que haría Chuck, porque le conozco muy bien. Repetí tres veces los últimos cuatro compases, como hacemos siempre con los standards. Envié los ficheros, ¡y listo! Va a estar en su próximo disco.

Texto y traducción: © 2013 Arturo Mora Rioja
Fotografías: © 2013 Sergio Cabanillas y  Arturo Mora Rioja
Agradecimientos: Juan Miguel Ramírez de Cartagena (Indigo Records)

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