Comentario: En la segunda
noche del ciclo
Jazz es primavera, el Jaime Saft Trio
programó un delicioso péndulo entre John Zorn
y Bob Dylan, más precisamente entre los álbumes
Astaroth y
Trouble (Tzadik, 2005 y 2006 respectivamente).
Si bien ambos repertorios son distintos (estas composiciones
de Zorn están construidas sobre escalas propias de
la tradición hebrea y las de Dylan reposan, fundamentalmente,
sobre esquemas pertenecientes al folk y al rhythm&blues
norteamericanos) la interpretación del trío
les dio una cierta uniformidad según transcurrió
el concierto, llegando a tender puentes entre los temas de
ambos autores.
El concierto arrancó con una hermosa, serena interpretación
de "Po' Boy" (tema del cantautor de Minnesota no
incluido en Trouble) que sirvió para que entrásemos
de un modo suave en el sonido noble y por momentos algo rudo
del trío.
Jamie Saft es un pianista en franco desarrollo musical, que
logró emocionar con una relativa escasez de recursos
técnicos. No obstante, su estilo algo desaliñado
está lleno de una discreta y por momentos impulsiva
expresividad: a menudo retrasa ligeramente líneas y
acordes, logrando pasajes dolorosamente hermosos, aunque de
pronto es capaz de lanzarse en vertiginosos zigzags sonoros
que multiplican la tensión hasta terminar en exultantes
explosiones de clusters atacados con inusitada fruición,
como si de pronto no quisiera permitir que su música
sonase demasiado amable.
Peter Herbert, a quien le tocó la difícil tarea
de sustituir a Greg Cohen, se mostró como un músico
punzante, inquieto, que equilibró inteligentemente
su trabajo entre la contención del trío y unos
medidos ataques solistas. En los pasajes más libres
–como en algunos de Ariel, de Zorn– se
entregó sin reservas a edificantes experimentos siempre
celebrados y secundados por el pianista.
Ben Perowsky, a pesar de su forma aparentemente pasota de
golpear los tambores, fue en todo momento un músico
atento a las necesidades del grupo, sus ritmos resultaron
tan variados como pertinentes, siendo a la vez un constante
acicate para sus colegas.
Tuvo Jamie Saft a lo largo del concierto una agradable actitud
risueña, con un constante entrecruzar de miradas entre
los miembros del trío, e incluso se animó a
ponerle voz a "Ballad of a thin man" (en Trouble
lo hace Mike Patton). Entre unos y otros crearon una música
nada cómoda, sin resultar por otra parte especialmente
atrevida. Hubo cabida para medios tiempos reflexivos en los
que Saft dejó buena muestra –a través
de su cuidadosa aunque tosca pulsación– de las
hermosas melodías que es capaz de improvisar ("Shalmiel",
"God Knows"), para temas que rápidamente
se descomponían ofreciendo pasajes de gran libertad
expresiva a cargo de la interacción entre los músicos
(el citado "Ariel", "Astaroth"), para
composiciones firmemente rítmicas –en las que
Herbert sabía mostrarse sólido– que eventualmente
terminaban en desenfrenados exabruptos de Saft ("Trouble")
y para vertiginosas construcciones propias del cancionero
más abrupto de Masada ("Ygal").
Aunque se hubiese agradecido un mayor desarrollo de las versiones
ya conocidas en los discos y una duración más
generosa del concierto (no llegó a superar los ochenta
minutos), la agrupación dejó un muy buen sabor
de boca, demostrando por qué este trío está
empezando a ganarse un sitio entre lo valores más potentes
de la escudería Tzadik.
Texto © 2007 Ricardo
Arribas y Sergio Zeni
Fotos © 2007
Pablo
Neustadt