From Gagarin's
Point of View (ACT, 1999)
Si Winter in Venice había marcado en gran
medida el camino a seguir por Svensson y compañía,
From Gagarin's Point of View definía dicho
camino casi por completo. La presencia de elementos cercanos
al pop, el rock, la música clásica y el folclore
escandinavo empezaba a ser cada vez mayor, en detrimento de
los clásicos fraseos atresillados propios de las corrientes
centrales del jazz. El blues seguía siendo un elemento
presente en el combinado musical de los suecos, pero de una
forma más tangencial, y las armonías se volvían
más abiertas, menos formales, más paisajísticas. Las temáticas cobraban fuerza gracias a los títulos
de Magnus Öström, y la portada del CD evidenciaba
el esfuerzo consciente de la banda por dejar de ser el trío
del pianista y convertirse definitivamente en E.S.T.
El comienzo del disco, fundiendo los tres primeros cortes
"Dating","Picnic" y "The Chapel",
y aprovechando el mismo patrón de bajo en los dos primeros,
ofrecía un jazz cerebral y reposado, modernista e intensamente
personal. Espacios abiertos, uso de silencios e interacción
entre instrumentos, tejiendo una tela conjunta que no sólo
permitía al oyente disfrutar de los detalles técnicos,
de los fraseos, de las reacciones de la sección rítmica,
sino del entorno musical que creaban los tres intérpretes.
La sorpresa venía con los dos temas siguientes, habituales
en el repertorio en directo hasta nuestros días: "Dodge
the Dodo" utilizaba conceptos de rock duro, basándose
en una melodía al estilo de los riffs de grupos
de metal sobre una nota pedal en Mi y con un acompañamiento
percusivo propio de estilos más radicales. Para
colmo Dan Berglund utilizaba la distorsión en su solo
de contrabajo con arco, y todo el espectacular entorno se
veía aderezado con pasajes melódicos propios
de la música clásica y con un breve interludio
de piano solo. El latigazo que "Dodge the Dodo"
suponía para el oído se veía inmediatamente
compensado por el tema que da título a la grabación.
Yuri Gagarin y su paseo espacial se convertían en algo
más que unas palabras sobre la carpetilla del CD, llegando
a representar acertadamente la situación descrita por
la música. Efectos de sonido de fondo, obsesivo
riff de bajo, tensión en el puente del tema,
Svensson derrochando lirismo, Berglund, carácter, y
Öström, imaginación a raudales. El
estilo E.S.T. ya estaba aquí, el sonido E.S.T. ya había
llegado.
Si algunas influencias evidentes en discos anteriores iban
desapareciendo poco a poco del aspecto externo de la música,
hubo una que el grupo aún hoy en día no ha sido
capaz de abandonar, si bien sólo florece en determinadas
composiciones: la de Pat Metheny y su Group. En este caso
el destinatario del mundo PMG iba a ser "The Return of
Mohammed", secuela de los dos temas de similar concepto
presentes en When Everyone Has Gone. La armonía,
el ritmo, la función del piano y el uso de teclados
de apoyo delataba el gusto de los suecos por el grupo del
guitarrista de Missouri, a la postre gran defensor de E.S.T.
El resto del disco contaba con "Cornette", compuesta
e interpretada con mayor apego a los conceptos habituales
del jazz straight ahead, "In the Face of Day"
como delicada balada cuya inicial apariencia de ausencia de
tiempo deviene en un ritmo casi hipnótico, el desenfadado
"Definition of a Dog" y el elegante cierre de "Southwest
Loner", si bien el punto álgido lo encontramos
en "Subway" y la interpretación de Dan Berglund
al contrabajo con arco, tanto en melodía como en solo.
Con From Gagarin's Point of View E.S.T. había
revolucionado el panorama y eso les permitió expandir
horizontes, encontrar una mayor distribución internacional
y un mayor número de conciertos más allá
de Suecia.
Good Morning
Susie Soho (ACT, 2000)
Good Morning Susie Soho sigue siendo, para muchos,
el mejor disco en la trayectoria de E.S.T. La variedad, originalidad
y cohesión de composiciones e improvisaciones lo convertía
en su grabación más redonda hasta
la fecha. El colorismo se apoderaba del ambiente desde el
primer corte "Somewhere Else Before", el habitual
desparpajo en tempos más rápidos hacía
su aparición en "Do the Jangle" y el reposo
lírico en la balada "Serenity". "The
Wraith" hace un uso extendido de efectos durante todo
el tema, con un excelente trabajo de Öström,
que cada día incorporaba más ritmos de tipo
drum'n'bass, sonido agudo de caja y todo tipo de
cachivaches de percusión. El recogimiento melancólico
de "Last Letter From Lithuania" contrastaba con
el aire bluesero de "Good Morning Susie Soho",
otro habitual en directo por esa época, y el swing
lanzado de "Providence", mientras "Pavane (Thoughts
of a Septuagenarian)" era capaz de extraer sentimientos
profundos, con esa percusión de fondo a modo de corazón
latiendo.
Pero si hubo un auténtico hit en ese CD,
no se trata de otro que "Spam-Boo-Limbo" (nombre
de la productora creada por el propio grupo y que ha publicado
los dos últimos trabajos discográficos del mismo). Nuevamente con reminiscencias de Pat Metheny, el patrón
inicial de piano, la entrada de batería implicando
un ritmo marcadamente moderno, los teclados de fondo y la
pegadiza melodía convierten a "Spam-Boo-Limbo"
en una pieza de referencia en la trayectoria del trío.
Acercándonos al final del disco, una versión:
el "The Face of Love" de Nusrat Fateh Ali Khan que
formara parte de la banda sonora de la película Dead
Man Walking (Pena de muerte en su versión
española), y que toma distintos colores bajo el tamiz
de E.S.T. La recreación del aire oriental viene de
la mano de la percusión de Magnus Öström
y la interpretación con arco de Dan Berglund. La pesadez
del ritmo que sostiene la melodía y el posterior solo
de piano hace que Esbjörn y sus chicos asimilen la obra
como si fuera suya. Para finalizar, una invitación
a la reflexión: "Reminiscence of a Soul",
y una novedad perenne desde entonces en las grabaciones de
la banda, un tema oculto al final del último corte.
En esta ocasión se trataba de "Dark Water",
un ritmo binario de corte rockero con melodía y acompañamiento
pseudo-minimalista de piano y la desgarrada aparición
del contrabajo de Dan Berglund usando timbres de guitarra
eléctrica de heavy metal. Sin complejos.
Somewhere
Else Before (Sony, 2001)
A estas alturas E.S.T. era ya conocido en círculos
jazzísticos y no jazzísticos de toda Europa,
siendo su gran reto conquistar al público americano
con su visión personal de esa música que algunos
estadounidenses creen propia. El primer paso consistía
en hacer llegar las grabaciones del grupo al otro lado del
Atlántico, y con ese motivo la casa Sony editó
un recopilatorio con extractos de From Gagarin's Point
of View y Good Morning Susie Soho, de nombre
Somewhere Else Before (primer corte del segundo trabajo
comentado).
La selección de los temas es excelente y el objetivo
se vio cumplido en parte, ya que algunas puertas se abrieron:
el trío comenzó a viajar ocasionalmente al continente
americano y a engrosar carteles de prestigiosos festivales
europeos. El 21 de julio de 2001 E.S.T. ofreció un
concierto, elogiado por el público y la crítica
presente, en el Teatro Principal de Vitoria, dentro de la
programación Jazz del Siglo XXI del XXV Festival
de Jazz de Vitoria-Gasteiz.
Strange Place for Snow
(ACT, 2002)
El aire distendido y relajado del primer tema "The Message"
no hacía presagiar lo que venía después.
Strange Place for Snow trajo consigo algunas de las
composiciones más brillantes en la historia de E.S.T.,
rodeadas de un cierto halo de descubrimiento y decididas,
no a integrarse en el conjunto, sino a definirlo. La solemnidad
de los acordes que trazan el camino de "Serenade for
the Renegade" fundidos con el original acompañamiento
de escobillas y la función de pedal del contrabajo
con arco lo convierten en uno de los puntos álgidos
de la grabación. Las dobles cuerdas de dicho contrabajo
y otras cuerdas, las pellizcadas en el piano, marcan el comienzo
de "Strange Place for Snow", una alteración
del ritmo de bossa nova que aporta una visión positiva
cuyo contraste con el tema anterior es más que notable. "Behind the Yashmak" es otra de las míticas
composiciones de E.S.T., en la que sinceras improvisaciones con reminiscencias
de sonidos clásicos discurren sobre una obsesiva secuencia
de acordes, en la línea de los compositores minimalistas,
haciendo llegar la tensión a un clímax bruscamente
interrumpido.
Los minutos centrales de la grabación llaman a la
introspección y al recogimiento, hasta el punto de
resultar algo macabros ("Years of Yearning").
Preparación de lujo para "When God Created the
Coffeebreak", estación de obligada visita en cualquier
directo del trío incluso hoy en día. Otro
obsesivo riff, en este caso sustentado por la mano
izquierda de Esbjörn Svensson y el contrabajo de Dan
Berglund al unísono, camina sobre el ride de
Magnus Östrom mientras las notas que conforman la melodía
van añadiéndose, caprichosas, sobre el paisaje
musical. Berglund cambia al arco aportando dramatismo
y un profundo sentir lírico, y el desarrollo encuentra
un respiro en el solo de piano sin acompañamiento para
volver, triunfal, a cerrar el tema. Una obra maestra
de proporciones colosales cuyo título suele despertar
sonrisas entre el público de medio mundo.
Para cerrar el álbum, "Spunky Sprawl" recuerda
a trabajos anteriores, erigiéndose como composición
alegre con algo más de apego al jazz tradicional, y
"Carcrash" vuelve por los fueros de "Years
of Yearning", en este caso evocando tristeza y melancolía. De regalo, otro tema oculto, de corte industrial y pesado
en el que Dan Berglund presenta un nuevo efecto para su contrabajo:
el wah-wah.
Seven Days
of Falling (ACT, 2003)
Si de efectos se trata, el rey de los álbumes de E.S.T.
es, sin duda, Seven Days of Falling. Un disco
donde transición y madurez se aúnan en buena
comunión, presenta un extendido uso de sonidos eléctricos
y sintetizados, presencia de la electrónica, ritmos
de drum'n'bass y, eso sí, un lirismo apabullante.
Ya el primer corte, "Ballad for the Unborn", sumerge
al oyente en terrenos contemplativos, utilizando la distorsión
de contrabajo no para embrutecer, sino para embellecer. Dramatismo
también presente en el puente del tema que da título
al CD, cuidada armonía que discurre sobre un riff
de bajo aparentemente divertido. Y de la melancolía
y la meditación al sonido más industrial, de
la mano del poderoso "Mingle in the Mincing Machine",
una de las creaciones más originales del disco.
"Evening in Atlantis" no es más que una breve
introducción al inspirado "Did They Ever Tell
Cousteau?", donde una lírica melodía interpretrada
por el contrabajo a pizzicato contrasta con el ritmo
de la batería, más cercano a conceptos de música
de baile. La balada "Believe Beleft Below"
cumple una doble función, ya que sirve de sexta pista
del compacto en su versión instrumental, y también
de tema oculto al final de "O.D.R.I.P.", en esta
ocasión con la colaboración de Josh Haden (hijo
del contrabajista Charlie Haden) cantando la línea
melódica, y bajo el título de "Love Is
Real".
Pero la obra maestra del CD (a estas alturas E.S.T. ya podía
permitirse ofrecer en cada disco, como mínimo, una
obra maestra) no era otra que "Elevation of Love",
una pieza de deliciosa escucha, perfectamente estructurada
en la que los músicos combinaban con éxito casi
todos los recursos que les habían ayudado a forjarse
un nombre. Cabe destacar que el solo de piano de Esbjörn
Svensson es, posiblemente, uno de los mejores que jamás
haya grabado. El sobrecogedor final del tema se convertía
en preludio a la divertida "In My Garage", donde
una corta secuencia de acordes se repite continuamente, de
forma alegre y desenfadada, conformando el corte más
largo del disco. "Why She Couldn't Come" nos
acerca a esa visión tristona e intimista del trío,
con un Dan Berglund erigido en intérprete principal,
y el mencionado "O.D.R.I.P." de corte roquero daba
cierre al, hasta entonces, mejor disco del grupo (algo que
iba a convertirse en una costumbre de ahí en adelante).