26 de julio de 2002.
Lugar:
Sala de cámara del Centro Kursaal. 18h30. 750 personas.
Músicos:
Comentario:
Finalizando su presencia en San Sebastián Dave Douglas tomó como excusa para su actuación con su New Quintet la presentación de su último trabajo, "The Infinite" (Bluebird/BMG 2002), homenaje a Miles Davis en su etapa eléctrica de principios de los setenta. Y efectivamente, dicho homenaje sonó en el concierto, pero a base de composiciones propias recogiendo el espíritu e inspiración de esa época, yendo más allá del limitarse a interpretar las consabidas versiones tan habituales hoy por hoy tanto en los discos homenaje que inundan el mercado como en los festivales y conciertos de jazz. Una primera parte de unos 45 minutos y tres largos temas, sirvieron como presentación de este trabajo. Basado en un trabajo impecables de todos los músicos, estos nos transportaron a los ambientes ensoñadores que aparecían en las grabaciones de Mr. Davis de esa época.
A partir de una fantástica sección rítmica (estupendos el pulso rítmico de James Genus, Clarence Potter y Uri Caine, éste último asumiendo un papel más rítmico que solístico en la casi totalidad de esta primera parte y tomando mayor protagonismo en los solos posteriormente, llegando incluso a tocar en un estilo totalmente barroco; por cierto, una lástima de esos conciertos a tan altas horas de la noche presentando su proyecto Bedrock 3), proporcionaron un mullido colchón a partir del cual tanto Chris Potter (tremendo saxofonista, como ya ha demostrado con anterioridad, dio muestras de gran lirismo así como de una gran potencia) como Dave Douglas (increíble cómo puede tocar este músico, con una potencia y una limpieza increíbles, siendo capaz de ir en momentos de las notas más agudas a las más graves y todo ello con una claridad prístina en su sonido) nos mostraron lo mejor de si.
Tras esta primera parte basada en el legado de Miles el escenario musical cambió y nos encontramos a los mismos músicos mostrándonos su dominio del lenguaje jazzístico por medio de la interpretación de unos preciosos temas a medio tiempo (especialmente) dónde nos mostraron toda la expresividad que pueden lograr con sus instrumentos. La anécdota llegó cuando Dave Douglas presentó su tema "Bill’s Dream": soñó que veía cómo lo interpretaba el trío de Bill Frisell. Cuando despertó, fue a buscarlo entre las grabaciones del guitarrista. Como no lo encontró entre sus canciones, le llamó por teléfono y se lo tarareó por saber si era algún tema de este guitarrista. Ante su respuesta negativa, la autoría está adjudicada al trompetista. Y efectivamente, este es un músico de ensueño, pero que por fortuna es una pura realidad, presente y constatable como ha demostrado en su paso (triple) por San Sebastián.
Para finalizar el concierto el grupo procedió a la interpretación de un bis en que nos mostraron la maestría como grupo en conjunto, ejecutando un tema con unos endiablados cambios de ritmo con una sencillez increíble y una total precisión: bravo por su trabajo en conjunto.
En definitiva, un gran concierto (otro más, el tercero entre los ofrecidos por este trompetista dentro de la "carta blanca" que le ofrecieron desde la Jazzaldia donostiarra), un gran acierto para los organizadores del festival (brillando especialmente entre algunas de las figuras que van a visitar el festival que nada o bien poco tienen que ver con el jazz y la creatividad), un lujo para los aficionados (acostumbrados a propuestas excesivamente "fetivaleras") y añadir que si alguien pensaba que entre los trompetistas actuales desde un punto de vista del nivel puramente técnico más allá de Wynton Marsalis estaba la nada absoluta, indicar que Dave Douglas ha demostrado estar a un nivel que está por encima del resto.
© José Francisco Tapiz Texto y fotografías. 2002