Una semana, apareció un anuncio del Imperial College of Science and Technology ofreciendo un puesto de profesor de Matemáticas con un salario de 150 libras anuales; ser ciudadano británico no era requisito necesario. El salario era tan escaso que supuse que ningún ciudadano británico respetable estaría interesado en ese trabajo. Fui a preguntar a Steinhaus si debía o no optar al puesto. Por entonces no sabia ni una palabra de inglés, pero estaba dispuesto a jurar que mis conocimientos eran los suficientes. «Déjame pensar», me dijo Steinhaus. «Estimaría que la probabilidad de que consigas el trabajo es de una entre mil. Si multiplicas esto por ciento cincuenta libras, tienes tres chelines. Eso es mucho más de lo que cuesta enviar la carta, así que deberías hacerlo». Lo hice, pero el trabajo fue al final para un ciudadano británico (después de todo, sí que había alguno interesado).
Mark Kac (1914-1984)