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As Falls Wichita, So Falls
Wichita Falls (Pat Metheny & Lyle Mays - ECM, 1981)
Muertos los 70, tiempo de cambio y experimentación, la siguiente década
iba a establecer muchas de las bases de lo que posteriormente daría en llamarse
jazz contemporáneo. Etiquetas aparte, el sonido del jazz variaba en base a un
lenguaje más moderno y, sobre todo, a nuevos timbres e investigación sobre
conceptos rítmicos. Es curioso, por tanto, que el disco que marcó en ese
sentido el punto de inflexión del Pat Metheny Group no estuviera a nombre del
Pat Metheny Group, tratándose de una simple colaboración entre Pat Metheny y
Lyle Mays con el gran percusionista brasileño Nana Vasconcelos como testigo de
excepción. ¿O algo más que testigo?
Sea como fuere, As Falls Wichita So Falls Wichita Falls presenta un elevado nivel
de complejidad comparado con sus anteriores trabajos y, aunque pueda dar cierta
sensación de caos, ha sido aclamado unánimemente como uno de los discos más
definitorios en la carrera de la asociación Metheny-Mays. El tema que da
título al álbum (título elegido por Steve Swallow, por cierto), ocupa una
cara completa del vinilo original (más de veinte minutos) y fue originalmente
un intento de introducción para los conciertos del grupo. Su originalidad, la
aparente falta de estructura, las sorpresas tímbricas que van apareciendo casi
de continuo y, nuevamente, la combinación entre pasajes abstractos y
teóricamente deslabazados con armonías y melodías cercanas al romanticismo
hacen de As Falls Wichita un hito en la música de los primeros ochenta. Metheny,
nuevamente utilizando extrañas afinaciones sobre su guitarra de 12 cuerdas, y
esta vez haciéndose cargo del bajo eléctrico, busca la investigación y la
creación de paisajes sonoros por encima de los habituales métodos de
improvisación y las formas clásicas. Y en esa labor de búsqueda colorista la
aportación de Nana Vasconcelos se vuelve fundamental. La variedad de instrumentos
de percusión que el brasileño maneja en el disco y el gusto con que los
utiliza eleva la composición a una nueva dimensión. No en vano la percusión
no abandonaría al Group desde entonces, desde antes incluso de que entrara en
él.
La cara B del disco, variada pero a la vez con sensación de continuidad,
como ya ocurriera en anteriores trabajos. Especialmente destacable es el lirismo
extremo de September Fifteenth, suave introducción compuesta por Mays enlazada
con un precioso tema en 3x4 obra de Metheny, y todo ello dedicado al pianista
Bill Evans, gran influencia de ambos músicos, y que falleció precisamente ese
15 de Septiembre de 1980. Estupenda Graça es un arreglo sobre el canto tradicional Amazing Grace,
donde por vez primera en la obra metheniana se escucha la voz humana (la de
Nana) como un instrumento más.
Metheny consiguió esta vez no una sino dos nominaciones a los Grammy, por el
disco y por el tema que le da título, así como el premio a mejor álbum de
jazz por parte de los lectores de Playboy. Curioso reconocimiento dada la
mencionada complejidad del disco, en un polo diametralmente opuesto al de
American Garage.
Offramp (ECM, 1982)
Tiempo para el cambio. Tiempo para establecer los patrones del futuro y, a la
vez, ofrecer un producto robusto, redondo, lleno de energía y expresividad. Pat
había sacado adelante con éxito el difícil proyecto de As Falls Wichita, y a
la vez acababa de finalizar la gira del disco 80/81 con Michael Brecker, Dewey
Redman, Charlie Haden y Jack DeJohnette, en la cuál la música estaba altamente
influida por Ornette Coleman y el free jazz. Como en casi todos los grandes
momentos de la música, la unión de elementos estilísticamente distintos dio
como fruto uno de los Discos con mayúsculas de los ochenta: Offramp.
Así, tanto el famoso y melódico James (homenaje a James Taylor) como el
libre e incendiario Offramp fueron compuestos para el quinteto de 80/81,
mientras Au Lait aunaba belleza y riesgo, jugando caprichosamente con los
cambios de métrica, y Eighteen evocaba el sonido rockero de anteriores
entregas. Por cierto, que este último tema toma su nombre de la obra de Steve
Reich Music for Eighteen Musicians, debido a una encendida discusión entre
Metheny y el productor Manfred Eicher, que argumentaba que el tema era una copia
de la obra de Reich.
Por si el collage musical presentado no fuera suficiente, el campo de la
innovación tecnológica jugaría un papel básico. No sólamente Pat y Lyle
habían entrado en contacto con el synclavier, aparato que les permitía
secuenciar los temas de un modo algo similar a como hoy en día funciona la
tecnología MIDI (sólo que ésta en esos tiempos aún no existía), sino que
Metheny descubrió un instrumento marca de la casa hasta nuestros días: la
guitarra sintetizada. Su primera Roland GR300 (la misma que sigue utilizando
hoy) generaba un sonido pastoso y prolongado, similar al de un instrumento de
viento. Se convirtió, de ese modo, en un vehículo idóneo para las
interpretaciones del guitarrista (no olvidemos que Pat comenzó tocando la
trompeta cuando era adolescente y siempre ha organizado sus fraseos de un modo
muy similar a como lo hacen los músicos de viento, "respirando" entre
frase y frase), e incluso en la actualidad muy pocos han sacado provecho de
dicho instrumento (con la excepción de John Abercrombie y, en contadas
ocasiones, del guitarrista de Mezzoforte Fridrik Karlsson). Así pues, Barcarole
sirve como tema introductorio y presentación en sociedad del nuevo modelo de
guitarra, quedando el segundo corte del disco, Are You Going with Me? como pieza
central de todo el proceso. Detalles teóricos aparte, AYGWM? es sin duda una
de las más bellas piezas creadas por Metheny y Mays, hasta el punto de que no
ha faltado en casi ningún concierto del Group desde entonces. El desarrollo
ultramelódico de los solos sobre base armónica modal y, muy especialmente, los
timbres conseguidos con la nueva instrumentación, sorprendentes incluso hoy en
día para quien no lo haya escuchado previamente, hacen de esta una pieza
inolvidable.
Más aún, de cara a sentar esas bases del futuro Pat Metheny Group, no sólo
se incorporó Nana Vasconcelos como colaborador, también llegó un bajista de
Chicago capaz de aportar la versatilidad y adaptabilidad de la que Mark Egan
carecía. Steve Rodby podía tocar bajo eléctrico, aunque su especialidad era
el contrabajo, se había criado en una familia de músicos, era capaz de dirigir orquestas y
aportar lo que entre los miembros del grupo llaman "supervisión
adulta" al proceso de creación musical. No en vano Rodby se ha convertido
desde entonces en inseparable compañero de viaje de Metheny en las labores de producción.
Era lógico que llovieran los éxitos a nivel de reconocimiento, y esta vez a
la tercera fue la vencida: Grammy a la mejor interpretación de jazz, además de
una nominación a mejor composición instrumental por Are You Going with Me? y
otra a mejor arreglo por el mismo tema. Por segundo año consecutivo los
lectores de Playboy también eligieron al vinilo de Metheny como mejor disco de
jazz del año.
Travels (ECM, 1983)
El Group ya era una realidad reconocida en todo el mundo, y sus giras
comenzaban a tomar grandes dimensiones. Era, pues, el momento de una grabación
en directo. Travels fue concebido como un doble vinilo de extensa duración que
diera fe de los shows que la banda ofreció allá por 1982. Todo un disco de
concepto, no sólo el título del mismo hacía referencia a los viajes que el
grupo afrontaba en sus tours, también la mayor parte de los nombres de las
canciones tenían que ver con lugares o desplazamientos. El diseño de portada y
contraportada favorecía esa imagen temática, y la leyenda del PMG iba tomando
fuerza gracias a que los paisajes y colores no sólo se encontraban en la
música, sino también en el envoltorio de la misma. Por supuesto la obra obtuvo
el Grammy a mejor disco de jazz del año.
Musicalmente hablando, Travels concilia la primera época con la era de los
sonidos sintetizados. En él conviven baladas de apasionado lirismo como Goodbye,
Farmer's Trust o la propia Travels con el ritmo desenfrenado de Straight on Red
(donde la percusión se reivindica como elemento básico del sonido de la banda)
o muestras de innovación y descaro en la sorprendente versión en directo de As
Falls Wichita, So Falls Wichita Falls. No fue este el único tema que se
recuperó de anteriores trabajos, también Are You Going with Me?, Goin' Ahead,
San Lorenzo y Phase Dance encontraron su espacio. Para lucimiento de la guitarra
sintetizada Pat compuso Extradition (de variada armonía) y Song for Bilbao
(menos cambios de acordes, pero con variaciones métricas entre 4x4 y 3x4, algo
que se volvería habitual con el tiempo). Este último tema recibe su nombre de
la buena acogida que tuvo el primer concierto que el Group dio en territorio
nacional, por supuesto en la capital vizcaína.
First Circle (ECM, 1984)
El período transcurrido entre 1983 y 1986 fue una época de cambio
sustancial en la carrera profesional de Pat Metheny. La consagración de su
estilo y de su banda, la renovación de la misma, las experiencias con bandas
sonoras y sus vivencias en Brasil fueron tan sólo algunos de los elementos que
dieron un empuje vital al músico de Missouri. Tras la gira que dio origen a Travels, tanto Nana Vasconcelos como Dan Gottlieb darían por finalizada su
colaboración con el Group. Al igual que ocurrió con Steve Rodby, era necesario
en este caso encontrar un batería de enorme versatilidad y apertura de ideas,
capaz de encajar en el mecanismo del grupo sin hacer ruido pero aportando una
visión constructiva derivada de las posibilidades de su instrumento y de su
forma de ver la música. Parece que, con esos condicionantes, Paul Wertico fue
la elección perfecta. De la zona de Chicago, al igual que Rodby, Wertico no era
un batería de jazz al uso. Centrado en un universo musical amplio y libre de
etiquetas, ha sido cómplice de músicos tan variados como Paul Winter, Jerry
Goodman o Derek Bailey, dedicando una gran parte de su esfuerzo a la
investigación rítmica por medio de bandas de libre improvisación o proyectos
de sólo percusión. Gracias a la férrea dirección musical de Metheny, Paul
fue el batería idóneo para la formación durante casi veinte años, y este
First Circle fue el primer ejemplo de ello. La otra incorporación provocó el
auténtico punto de inflexión del grupo. Tras las experiencias previas con
Vasconcelos, Pat había pensado seriamente en componer temas para voz,
utilizando esta como un instrumento más. La percusión era cada vez más
necesaria y, de paso, no estaría mal encontrar arropamiento instrumental para
el cuarteto base. La elección era un multiinstrumentista, y la veda la abrió
el bajista y cantante ocasional Pedro Aznar, argentino de nacimiento e
integrante años antes de la banda de Charly García, Seru Giran. Aunque nunca
llegó a tocar el bajo en el PMG, Aznar demostró seriedad y compromiso,
adaptándose a las necesidades del líder en cada momento. En First Circle y
posteriores colaboraciones se hizo cargo de voces, percusiones, guitarras
acústicas, vibráfonos, flautas de pan, melódicas, campanas, marimbas e
incluso del saxo tenor en algunos pasajes escritos. La huella de Aznar (nada que
ver, por fortuna, con José María) fue tan indeleble que ha sido el único
músico capaz de incluir una composición propia en un disco del Pat Metheny
Group con excepción de Pat y Lyle (el Vidala de Letter From Home - 1989).
Con cimientos tan rocosos el edificio estaba destinado a ser construido con
fuerza, lógica y decisión. Meses antes de la grabación de First Circle,
Metheny grabó su guitarra acústica para la banda sonora de la película Under
Fire, compuesta por el recientemente fallecido Jerry Goldsmith. Las enseñanzas
que Pat recogió del gran compositor, así como las inquietudes generadas por
éstas, fueron el germen que le impulsaron a componer The First Circle, tema de
una belleza tan extrema como su complejidad rítmica. Conceptos de orquestación
inundaban las ideas de Metheny y Mays, y la nueva formación favorecía la
interpretación de los mismos. La sutil batería de Wertico aportaba
musicalidad, su ride hacía caminar al grupo como si cada tema se tratara de un
viaje (y volvemos a utilizar términos paisajísticos), Lyle utilizaba distintos
y variados sonidos de teclado sin complejos, Rodby variaba entre el profundo
sonido a madera de su contrabajo y el timbre pastoso de su bajo eléctrico de
cinco cuerdas, Aznar aportaba los toques de color necesarios en cada momento con
sus percusiones, el apoyo armónico requerido con su acústica, la profundidad
expresiva adecuada con su voz, y Metheny seguía explorando con sus distintas
guitarras (entre sus nuevos juguetes, una guitarra eléctrica con sonido de
cítara hindú, la electric sitar que se pondría muy de moda años más tarde).
Yolanda, You Learn y Praise daban el aire rockero, pero esta vez algo más
sofisticado, sin reminiscencias de los setenta. Tell It All y End of the Game
expresaban intentos de difícil búsqueda y experimentación (de hecho pocas
veces fueron interpretados en directo), y Forward March aportaba el giro
humorístico, representando una especie de marcha militar donde más de uno
está desafinado. No obstante el aspecto lírico y melódico no reñido con la
sencillez siempre fue señal de identidad de Metheny, y en este disco lo
encontramos en If I Could, preciosa interpretación de guitarra acústica en
homenaje a Wes Montgomery, y en Más Allá (Beyond), composición de Pat con
letra en castellano de Pedro Aznar y cantada por este último.
Otro Grammy y el premio a mejor disco de jazz de Cash Box Magazine adornaron
un disco de transición que, a pesar de ser referencia obligada, es una de las
obras que menos deja traslucir la evolución como guitarrista e improvisador de
Pat Metheny (si bien supone su segunda experiencia como productor). Lo mejor estaba, eso creemos algunos, por llegar.
© Arturo Mora Rioja, 2005 |
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